Joel Bosqued: “Al final, todo se resume en poder seguir aprendiendo”

Joel Bosqued: “Al final, todo se resume en poder seguir aprendiendo”

Siendo muy joven descubrió que lo que le gustaba era actuar. Probó suerte en el mundo de la interpretación y, desde entonces, la industria no le volvió la espalda y cada vez ha podido desarrollar personajes más interesantes y complejos. Joel Bosqued atraviesa un momento muy dulce: mientras espera el estreno de la comedia romántica Que baje Dios y lo vea, graba la nueva serie de Globomedia El accidente.

 

Ángel Caballero: Creo que es la sesión de fotos que más me ha costado hacer, porque, casi, no podía moverme de las agujetas que tengo de montar a caballo. Me han dicho que tú también montas desde de muy joven… Supongo que las agujetas ya quedan muy lejanas para ti. (Risas)

Joel Bosqued: La verdad es que sí. Monto desde que tenía unos doce años, más o menos, y es algo que siempre me ha gustado mucho.

A.C: Imagino que te habrá venido muy bien para series como Tierra de lobos.

J.B: Sí, bueno, ya había montado antes también en otra serie que hice en Colombia. Lo recuerdo con mucho cariño, porque fue la primera vez que como actor me tocó montar a caballo y me hizo muchísima ilusión. Curiosamente, estando trabajando ahí, en Colombia, me llamaron para hacer el casting de Tierra de lobos y, como no podía ir, me lo grabé y envié el video de la prueba desde allí. Además, en aquel momento no era tan fácil como ahora, que puedes grabar un video con el Iphone y enviarlo al momento… Pero lo hicimos, se lo enviamos a Carmen Utrilla, la directora de casting de la serie, y me cogieron. Recuerdo que cuando volví a España para incorporarme directamente a la serie, me dijeron que tendría que empezar a dar clases de montar por si había alguna secuencia en la que se me viera montando y les dije que no hacía falta, porque ya llevaba años practicando.

 

A.C: Apasionado de los caballos y de los animales en general, porque… ¿Cuántos animales tienes en casa?

J.B: Pues ahora mismo tengo tres perros y dos gatos, y todos conviven juntos en armonía. A veces hay problemas, como en todas las familias, pero por lo general se quieren mucho. Pero sí, el caballo es uno de los animales que más me gustan, además de uno de mis mayores hobbies. Incluso, pude dedicarme a ello hace un par de años, porque tuve una pequeña crisis existencial con la profesión, y me fui a trabajar de profesor de equitación y con gente discapacitada.

A.C: ¿De dónde vino esa crisis?

J.B: De que me gusta mucho lo que hago, pero no lo que conlleva.

A.C: ¿Te refieres a la fama, a ser una persona con una proyección pública?

J.B: La fama en sí, tampoco. Porque, en realidad, los papeles que he hecho hasta ahora no han sido muy grandes. Quizás, los que nos dedicamos a esta profesión, sí los hayan visto y han podido fijarse en que han sido personajes con cierta complejidad, pero a nivel mediático tampoco creo que sea muy conocido. A mí me gusta ir a rodar, preparar el personaje… pero, por ejemplo, el momento en que hay que ir a promocionar algo, los eventos… ahí ya no me siento tan cómodo, porque para mí eso ya no es ir a trabajar. Me dan bastante vergüenza este tipo de cosas y eso hace que me provoque cierta pereza.

 

A.C: Pues te confieso que me sorprende. Yo he coincidido contigo en una alfombra roja del Festival de Málaga en la que llevabas un traje rosa muy original y arriesgado, con el que era evidente que muchas miradas se iban a posar en ti.

J.B: Si, de García Madrid. Eso lo hice porque, ahora ya no tanto, pero hace unos años sí, todos los hombres íbamos igual vestidos en este tipo de eventos, y eso me parecía una putada. Recuerdo que aquella tarde, en la habitación del hotel en Málaga, tenía ese traje y dos más entre los que elegir. Daba vueltas sin saber por cual decidirme, pero me decanté por ese, me metí en mi papel y tiré para adelante…  Me parecía buena manera de mostrarme como soy yo.

A.C.: ¿Y cómo eres?

J.B: Pues alguien que normalmente va en chándal, zapatillas y que se arregla bastante poco, pero al que le gusta arriesgar y defender cosas distintas. Como no suelo prodigarme mucho en eventos, cuando lo hago me gusta ir especial. No llevo zapatos, suelo ir con zapatillas (por eso también trabajo mucho con Nike) y ponerme cosas que no lleven otras personas, así que yo les decía: “Por favor, guardarme este traje, que quiero los que no se suelan poner la gente”.

A.C: Veo que eres fiel a tus principios…

J.B: Y a esas personas que tanto me han apoyado. Ahora estoy atravesando un buen momento profesional, pero hay gente, como García Madrid, que ha estado conmigo desde el principio, cuando no era así, pudiendo haber optado por vestir a otros mucho más conocidos, a los que les habría venido mejor dejarles un traje que a ti. Con García Madrid he llegado hasta a hacer una campaña, y la experiencia no pudo ser mejor. Con el tiempo, más allá de un trato profesional, la relación ha llegado a convertirse en una amistad.

 

A.C.: Intuyo que te sientes mucho más cómodo en un plató que con esa otra parte de la que hablábamos…

J.B.: Es que, cuando nos vemos expuestos en este tipo de situaciones, ya no somos el personaje que estamos interpretando, sino que tienes que ir como Joel… y Joel es una persona bastante tímida, que le cuesta relacionarse, y no me gusta sentirme el centro de atención. Entonces, lo paso tan mal que acaba por no gustarme… De todos modos, te confieso que lo que llevo peor es hablar en público.

A.C: Pues en esta entrevista lo estás haciendo bastante bien…

J.B: Aquí estoy relajado y me siento bien. En las entrevistas, por lo general, me encuentro cómodo. Lo que llevo peor son las presentaciones, las ruedas de prensa… Y, por suerte, al haber tenido personajes más secundarios, este tipo de cosas me ha tocado hacerlas, pero, casi, de refilón, porque cuando eres el protagonista de algo lo tienes que hacer todo. A mí, los nervios y lo mal que lo que paso en los momentos previos a estas situaciones, no me compensan. Yo lo que quiero es actuar, seguir trabajando… Tampoco quiero ser rico, pero, si se me rompe el coche, que pueda pagarlo… Pero yo creo que lo bonito de todo esto es poder trabajar en lo que te gusta, cuando hay miles de personas que tienen un trabajo que no les hace feliz…

A.C: Hablabas antes de los comienzos. ¿Cómo fueron los tuyos? Tengo entendido que te independizaste muy pronto…

J.B: Sí, yo soy de Zaragoza y creo que cuando cumplí los dieciséis ya estaba viviendo en Madrid. Me viene a los quince para hacer la serie Ke No!, que fue una de las primeras series propias que emitió Cuatro, y en aquel momento iba a y venía de Zaragoza. Después, por situaciones familiares y laborales, decidí apostar por esto y venirme a Madrid.

A.C: ¿Fue en aquel momento cuando tomaste la decisión de querer ser actor?

J.B: Desde los nueve años, yo había hecho muchos trabajos de moda, por una amiga de mi madre que era modelo y su chico fotógrafo. Eso no fue algo buscado, pero surgió… Cuando empecé a trabajar como modelo, no paré y seguí durante años. Cuando empiezas a crecer y a tomar conciencia de las cosas, me di cuenta de que me gustaba la interpretación, y entonces me metí en la escuela de arte dramático de Zaragoza. Ese mismo día que fui a apuntarme, estaban haciendo un casting, me propusieron presentarme y me cogieron para una obra de teatro de Sergi Belbel que se titulaba Vivir o morir, y me paso tres años haciéndola en Zaragoza. Al acabar esta función, me doy cuenta de que quiero seguir trabajando como actor y me apunto a una agencia y me sale la serie de Cuatro.

 

A.C: Y en plena generación “Ni-ni”, en la que los adolescentes no quieren trabajar, ni irse de casa de sus padres… tú haces completamente lo opuesto.

J.B: Bueno, también es cierto que cuando yo me vengo es porque me sale otra serie, que se llamaba Marcapáginas, para TVE, pero al mes y medio de rodaje se cayó. Entonces me puse a trabajar de camarero, en una tienda de motos, de comercial, en la obra… de todo menos de actor. Me salen unos episódicos en series, como Física o Química o Acusados, hasta llegar a El Castigo, que fue un éxito, nominada a premios y hasta el momento creo que la tv movie más vista en España. Después de esto, me pasé un año sin volver a trabajar, y le dije a mi representante de aquel entonces que no podía seguir dedicándome a esto, porque es muy duro vivir con esta inestabilidad sin saber cuándo vas a volver a trabajar y administrarte sin saber cuándo vas a volver a cobrar. Yo, desde muy joven, adquiero una serie de responsabilidades, como pagarme una casa, que me han dado muchos dolores de cabeza, porque me gustaba mucho lo que hacía, pero necesitaba una estabilidad y prefería trabajar en otra cosa que no me gustara, pero que me aportara esa tranquilidad. Así que tiré la toalla, dejé mi piso y lo dejé todo… Pero el día que me marchaba a Zaragoza, me llaman para decirme que han cogido para una serie que se llamaba Un golpe de suerte y que nos íbamos a grabarla a Mallorca.

A.C: Supongo que aquello tuvo que ser como un campamento de verano, con compañeros de profesión de una edad similar, viviendo todos juntos en un hotel…

J.B: Sí, pero de eso te das cuenta ahora, porque mientras estábamos allí nos quejábamos de todo. Que si, como vivíamos en el hotel, tienes que estudiar en la cama y te entra sueño, que si tienes que rodar no sé cuántas horas al sol, que si la comida del buffet siempre era la misma… Y no te das cuentas de que tienes la suerte de que llegas de trabajar y tienes la cama hecha, la comida en la mesa, te puedes ir a la playa… Son cosas que, al menos yo, no valoré hasta que acabó Un golpe de suerte. Y dices: “Con lo bien que estaba yo ahí”…

A.C: Y, después de esta etapa de trabajos con parones, llega otra en la que todo se junta y tienes que elegir y dejar proyectos como La pecera de Eva.

J.B: Es lo que tiene esta profesión… Yo dejo la serie en la cuarta temporada, porque en el parón entre una temporada y otra me marcho a Colombia a rodar, y cuando vuelvo me encuentro con que tenía que elegir, porque ya tenía Tierra de lobos y me cogen en el casting de la mini serie Tormenta, de Calparsoro. Todos estos trabajos de manera progresiva y en su orden habrían sido algo maravilloso, pero la vida es así… La pecera de Eva es uno de los recuerdos más bonitos que tengo, por el personaje, al que cogí muchísimo cariño, el equipo, los compañeros…

 

 

A.C: Cuando haces balances de los trabajos pasados, ¿Te sueles quedar con el lado bueno de las cosas?

J.B: Sí, soy de quedarme con lo bueno. Como en cualquier profesión, también hay momentos de tensión, de muchas horas de trabajo, de mucha intensidad… y esto puede provocar algún momento de crisis. Pero si echo la vista atrás, pienso que he tenido días de rodaje muy duros, pero ninguno del que yo diga: “¡No volvería a pasar por esto!”. Además, yo siempre afronto el trabajo desde lo afortunado que me siento de poder hacer lo que me gusta.

A.C: ¿Prefieres arriesgar con un personaje completamente opuesto a ti o ir a lo que ya has comprobado que te funciona bien y te da un buen resultado?

J.B: Arriesgar siempre. A mí lo que aparentemente puede ser lo seguro o lo sencillo es lo que me parece lo difícil. Yo prefiero hacer un personaje con alguna complejidad, como un tartamudo, o el malo malísimo de Tierra de lobos, que otro de un chico más corriente, que por otra parte me da mucho más miedo. Hay gente que se desenvuelve muy bien en ese registro, pero yo creo que no lo haría tan bien.

A.C: ¿Qué significa para ti la palabra “actor”?

J.B: Pues la verdad es que cuando se refiere a mí, muchas veces, me cuesta. Cuando te preguntan “¿Tú a qué te dedicas o qué eres?”, yo pienso que soy alguien que hace lo que le gusta, porque esta profesión, como decíamos antes, es muy inestable y mañana no sabes si vas a poder vivir de esto. Ahora las cosas me van bien, pero siempre está la duda esa de ¿Y si el día de mañana…?

A.C: Pero ¿Por qué pensar en el mañana cuando tenemos tanto de qué hablar en el presente? Tengo entendido que tienes varios proyectos en marcha…

J.B: Sí, he terminado una película con Curro Velázquez titulada Que baje Dios y lo vea. Es una comedia romántica, que tiene muy buena pinta y que creo que puede funcionar muy bien.

A.C: Pues tendrás que ir a promocionarla…

J.B: Sí… (Risas) Intentaré llevarlo lo mejor que pueda. Por suerte, están también Karra Elejalde o El Langui, que son grandes profesionales, muy divertidos y que tienen salida para todo. Me viene muy bien estar a su lado, porque así puedo estar calladito y dejarlos hablar, porque es imposible superar nada de lo que digan ellos.

 

 

A.C: Y ahora estás grabando El Accidente.

J.B: Sí, es un thriller, que empezamos a rodar en Enero y con el que estoy disfrutando mucho. Creo que la serie está quedando genial y cuenta con reparto muy potente, como Quim Gutiérrez, Inma Cuesta, Eusebio Poncela, Berta Váquez, Jorge Bosch o Alain Hernández. La verdad es que espero aprender mucho de esta experiencia, porque al final todo se resume en seguir aprendiendo, para poder seguir creciendo como actor y como persona.

A.C: Pues ha sido un placer, Joel.

J.B: Lo mismo digo.

 

A.C: Gracias por todo y mucha suerte con estos nuevos proyectos y los que seguro han de venir.

 

TEXTO: ÁNGEL CABALLERO

FOTOGRAFÍAS: MOISÉS FERNÁNDEZ ACOSTA

PRODUCCIÓN: JAIME PALACIOS

AGRADECIMIENTOS: PALOMA RODRIGUEZ JUANES, OFICINA PALOMA JUANES.