Alexandra Jiménez: “Estamos en la profesión perfecta para morir de un ataque de nervios”

Alexandra Jiménez: “Estamos en la profesión perfecta para morir de un ataque de nervios”

Hace algunos años que comenzó a desarrollar su afición por la fotografía y, no sé cómo, yo tuve el honor de acabar ejerciendo de “conejillo de indias” para sus primeros trabajos. Aquella experiencia se convirtió en tradición y, desde entonces, cada primavera nos hemos vuelto a encontrar para hacer una nueva sesión de fotos. Precisamente, son algunos de esos retratos a los que más cariño les tengo hoy. Este año, he querido compartir con los lectores de AlgoPasaCom… este nuevo encuentro con Alexandra Jiménez y, de paso, hablar de lo mucho que la vamos a ver en la cartelera de los cines durante los próximos meses (Y también la veremos en televisión como la nueva de ceremonias de El club de la comedia).

 

Ángel Caballero: Hay mucha gente que te conoce como actriz, pero es muy probable que no sepan de tu afición a la fotografía. ¿De dónde dirías que nació esta inquietud?

Alexandra Jiménez: No sabría qué decirte… Supongo que por el cine. ¿Sabes cuando nos preguntan eso de: “¿Te gusta más el cine, el teatro o la televisión?” y siempre respondes: “Las tres cosas, lo importante es que te llamen para trabajar”? Pues, en mi caso, eso es cierto, pero yo reconozco que, si tuviera que elegir, a mí lo que más me gusta es el cine. Además, quisiera aprender más sobre este medio, porque creo que lo que conozco como actriz es una pequeñísima parte. Quiero conocerlo más en profundidad y algún día poder pasarme al otro lado de la cámara. Yo creo que la fotografía tiene mucho que ver con esto. Es algo que siempre me llamó mucho la atención, pero hubo un momento, hace unos pocos años, en el que me quedé más tranquila de trabajo y me di cuenta de que tenía un tiempo libre que no había tenido, afortunadamente, en muchos años, y decidí que esa era la ocasión para empezar a estudiar fotografía. Desde entonces, aprovecho los tiempos de parón que tenemos por nuestro trabajo para poder seguir estudiando y aprendiendo cosas como ésta, que me provocan mucho interés… y una gran satisfacción… El quedar contigo, y con otros amigos, para haceros fotos, me aporta mucha alegría, y me he dado cuenta de que me gusta mucho.

 

 

 

 

 

A.C: También te gusta mucho la decoración, has sido bailarina… Otros rasgos que, junto a la interpretación o la fotografía, dicen mucho de ti como una persona muy creativa.

A.J: Es que si te fijas todo tiene que ver. Al final todo te lleva un poco a lo mismo, y puede que sea porque tengo ese gusto por la imagen o por crear diferentes atmósferas. Pienso que la decoración y la fotografía están muy relacionadas, al igual que pueden estarlo la danza y el teatro. Todo te lleva al manejo del espacio. Son cosas muy ligadas entre sí que, de manera consciente o inconsciente, van en la misma dirección.

A.C: Imagino que, al igual que en su día la danza te ayudó mucho a desenvolverte en un escenario como actriz, la fotografía te habrá ayudado para tu trabajo en el cine. Es muy importante para un actor controlar de dónde viene la luz o saber en qué tipo de plano se está rodando la toma.

A.J: Por supuesto, es importantísimo. Aunque no siempre puedes preguntarlo, porque muchas veces puedes meterte en el trabajo de otros, sin darte cuenta, y es un tanto delicado. Pero a mí sí que me produce mucha curiosidad y me ayuda mucho como actriz el saber cómo es el plano y la composición del cuadro. También hay otros compañeros que prefieren no saber este tipo de cosas para que no condicione su trabajo. Yo, personalmente, sí que lo necesito. No siempre lo consigo, porque no en todos los rodajes tienes esa oportunidad, ni ese tiempo, pero ya te digo que es algo que a mí me ayuda, porque yo voy componiendo la película en mi cabeza, aunque luego sé que de la sala de montaje va a salir algo completamente diferente. Para medir mi interpretación, para medir mí trabajo, sí que me viene muy bien tener todos esos elementos en mi cabeza.

 

 

A.C: Este año, además, estás haciendo un máster en cine, porque en pocos meses te vamos a poder ver en Anacleto: Agente secreto, Embarazados, Los miércoles no existen, Requisitos para ser una persona normal, Barcelona, nit d´hivern… y pones la voz a la película de Los Minions. Hablábamos antes de las etapas de parón. Ahora podríamos hablar de las no parar de trabajar. ¿Qué tal llevas estas etapas a rachas buenas y malas, propias de nuestro oficio?

A.J: Yo creo que una de las cosas que más afecta a cualquiera, en el ámbito que sea, es la incertidumbre. Lo que más ansiedad nos genera siempre a todos es el no saber. Es algo para lo que nunca estamos preparados. Así que estamos en la profesión perfecta para morir de un ataque de nervios, si lo que pretendes es tenerlo todo controlado y cierto poder sobre tu camino. Esto, para un actor, es absolutamente imposible. Entonces, tienes dos opciones: estar hecho un manojo de nervios todo el día o pensar qué cosas podrías hacer, a las que normalmente no te puedes dedicar porque no tienes tiempo. También hay gente que siente una vocación absoluta y que piensa que si no hace esto no se puede dedicar a nada más. Yo no lo siento así. Sé que si no soy actriz puedo ser muchas otras cosas y no pasa nada por ello. Intentaré estar fina y siempre hacerlo lo mejor que pueda en cualquier otra cosa que elija. Espero trabajar toda la  vida como actriz, pero, como no sabemos lo que pasará mañana, yo lo que quiero es aprovechar el tiempo, porque hay un montón de cosas que me gustan y que sé que me llenaría mucho el aprenderlas en estas etapas. Ahora, por ejemplo, estoy pasando un año en el que, afortunadamente, estoy teniendo mucho volumen de trabajo y, lógicamente, estoy totalmente volcada en ello como actriz. Pero en cuanto venga otra temporada más tranquila, quiero seguir haciendo fotos, apuntarme a otros cursos que me interesan y aprender y enriquecerme por otros caminos.

A.C: Pero mientras llegan otra vez las vacas flacas, yo creo que deberíamos bautizar el 2015 como el año de Alexandra Jiménez, porque no hay una sola película del cine español en la que no estés. De todos estos proyectos en los que has participado, ¿Hay alguno que te haya hecho especial ilusión por algo?

A.J: Es que son muy diferentes entre sí y todas tienen algo muy especial.

 

 

 

 

A.C: Si has sido la única actriz de la historia que se ha mojado en la pregunta de cine, teatro o televisión, estoy seguro de que con ésta lo puedes hacer mucho mejor. (Risas)

A.J: Es que es difícil… (Risas) Pero, por ejemplo, trabajar con Paco León ha sido algo muy importante para mí. Paco es de las cosas más bonitas que me llevo de los rodajes de este año, por el compañero que he descubierto, por la gran persona que he conocido y por la familiaridad que puedes llegar a sentir en tan poco tiempo con alguien. Cuando esto sucede es muy especial y muy bonito. También podría decirte que en Los miércoles no existen, que es una película mucho más coral y en la que sientes que tu paso por ahí, a lo mejor, podría ser más anecdótico… es uno de los rodajes más entrañables que he vivido, por el equipo y, especialmente, por Mayte Pérez Astorga. Mayte es una coach de actores, que es la que también tuvo el elenco de la función de teatro en la que se basa la película, y Peris Romano del Pino, el director, se la trajo al rodaje. Ella estuvo con nosotros trabajando exhaustivamente cada personaje, cada detalle, cada pensamiento, cada acción… Todo lo que hacíamos cada uno de nosotros estaba estudiado y respaldado de la mano de Mayte. No sabes todo lo que yo he aprendido con esta mujer… ha sido brutal.

A.C: ¿Llegaste a ver la versión teatro de Los miércoles…?

A.J: Sí, dos veces. La medida y el tono es muy diferente, porque se ha hecho el traslado al cine en muchos sentidos, pero la esencia está ahí.

 

 

 

A.C: ¿No te asustó que el ver previamente en teatro a otras actrices interpretando el papel que tú ibas a hacer en la película pudiera interferir con tu propia creación del personaje?

A.J: Es que, tanto Peris como Mayte, tienen muy cogidos los personajes, porque los dos han estado dirigiendo el trabajo actoral. Ellos podían haber dicho: “Estos personajes tienen que ser así, porque llevamos años haciéndolos”, pero han tenido la generosidad suficiente de ponerlo en nuestras manos y de hacer ese trabajo exhaustivo del que te he hablado, pero, al mismo tiempo, dejando que fuera absolutamente nuestro. Entonces, han salido nuevas versiones de esos personajes, pero, esencialmente, tienen todo lo que ellos necesitan que tuvieran. Nos han permitido explorar, experimentar y, actoralmente, la verdad es que ha sido un trabajo muy bonito.

A.C: Se dice que va a ser una de las películas del año…

A.J: ¡Ojalá! (Risas)

 

A.C: Antes te veremos en Requisitos para ser una persona normal, el debut como directora de Leticia Dolera, que se presenta en abril en el 18 Festival de Málaga.

A.J: Sí. Además, en esta película ella también es la que lleva todo el peso como actriz. Leti ha dirigido, ha montado, ha interpretado, la ha escrito… Es una máquina. ¡Lo hace todo!

A.C: Imagino que, en este caso, la directora en ciernes que llevas dentro sí que habrá podido acercarse mucho a ella para ver cómo lo hace.

A.J: Sí, aunque fue todo muy rápido, porque mi colaboración es corta, pero lo pasé bomba. Disfruté muchísimo. Pero, sobre todo, de verla a ella. Me encantó ver esa capacidad que tiene de duplicarse y estar delante de la cámara y, al mismo tiempo, detrás, todo ello muy concentrada y sin perder en ningún momento de vista ninguna de las dos cosas y lo que está haciendo: la posición de cámara, el irse al combo, comprobar la toma, saber si es la buena… Leticia tiene una capacidad y un temple que no todo el mundo tiene.

 

 

A.C: Si tuvieras ahora mismo la posibilidad de ponerte detrás de la cámara, ¿Buscarías alguna historia ya escrita que te gustara o desarrollarías un proyecto propio, como ha sido el caso de Leticia?

A.J: Bueno, yo en el tiempo libre que tuve después de la serie Familia, por ejemplo, sí que estuve con otras tres personas escribiendo el tratamiento de una primera temporada de una serie. Ahora ya está en manos de otras personas y quién sabe lo que pasará, pero ha sido una experiencia que me ha gustado mucho, porque es un trabajo en el que, de repente, te sumerges y empiezas a descubrir una serie de cosas que desconocías y que te obliga a estar en otro lugar muy interesante, que muchas veces pasamos por alto como actores. Volviendo a tu pregunta, yo no sé hasta qué punto me gustaría que el guión fuese mío y que otras vertientes estuviesen también bajo mi responsabilidad. Creo que, en ese sentido, me diversificaría más y elegiría sólo un sitio donde estar.

A.C: Muchas veces los actores hablamos de nuestra película, nuestro papel, nuestras acciones… Creo que ponernos en distintos lugares de una producción puede hacernos tomar más conciencia de que formamos parte de un engranaje que va más allá de nosotros mismos.

A.J: Bueno, yo no sé si es algo que nos pasa a los actores o más bien de la propia condición humana. Vivimos muy obcecados y muy obsesionados con nosotros mismos. Además, creo que cada vez estamos creando un mundo más narcisista, ególatra e individualista. No lo sé… Yo creo que es algo que ocurre en todos los campos, pero también es cierto que en nuestro trabajo sucede mucho. En ocasiones, no nos damos cuenta de que esto es un trabajo de equipo. Para mí, el cine es uno de los trabajos de equipo más bonitos y apasionantes que puede haber. Hay que tener en cuenta de que hay muchas piezas que tienen que encajar para que una película salga adelante y que tú solo eres una de ellas.

A.C: Yo siempre te he dicho que tienes la capacidad de hacer realidad todos mis sueños. Primero haces Spanish Movie, después Promoción Fantasma, digna sucesora de El club de los cinco, y ahora… ¡Eres la villana de los Minions!

A.J: ¡Es verdad! Que hasta los tienes ahí, de funda del Iphone… Esto es muy fuerte. (Risas) Pues mira, ésta es otra de las cosas que me hacen muchísima ilusión, porque siempre había querido doblar una película de animación y nunca me llamaban. De repente, han llamado y ha sido como de “¡No me lo puedo creer!”. Además, el poder hacer de villana me encanta y, sobre todo, el poder trabajar exclusivamente con la voz, que te da una licencia que no tienes con una cámara delante, a no ser que el código de la película sea algo muy disparatado. Con esto te puedes ir muy lejos y jugar mucho, lo que lo convierte en algo muy especial.

A.C: Este personaje ha sido doblado en otros países por gente como Sandra Bullock o Thalía. No sé si has podido ver sus trabajos…

A.J: He escuchado los trailers y la voz de Sandra Bullock mientras lo doblaba. Creo que la única versión que, por ahora, está hecha es la americana, porque ellos primero ponen la voz y luego hacen la película. Es un trabajo totalmente diferente al que nosotros hacemos aquí, porque lo que nosotros hacemos es doblar al actor americano con el dibujo ya en pantalla.

 

 

A.C: Por cierto, ¿Sabes que de todas las entrevistas que hice en mi etapa con el blog Mira a cámara, con la que más me divertí fue con la tuya?

A.J: Qué bonito que me lo digas…

A.C: No, qué bonita tu forma de ser que lo hace todo tan fácil. Por cierto, ¿De dónde te viene ese carácter tan lúdico y contagioso?

A.J: No lo sé… Es que yo desde dentro no lo siento. (Risas) Es verdad que me veo como una persona optimista, pero luego también soy muy intensa y muy pesada. Supongo que, como diría mi novio, soy más de pasarlo bien que de pasarlo mal. (Risas)

A.C: ¿Te gustan las entrevistas?

A.J: Pues la verdad es que no mucho… pero contigo estoy bien. (Risas)

A.C: Te lo preguntaba porque he visto videos de entrevistas que te han hecho y he notado que en algunas se te ve tensa y poco relajada.

A.J: Puede ser, porque a mí todo esto me da mucha vergüenza. Tampoco suelo pasarlo bien en las sesiones de fotos. Cuando tengo que hacer un photocall, me siento como si tuviera que ir al matadero directamente… (Risas) Imagino que es por un tema de timidez y porque todas estas cosas tienen algo que me provoca un poco de pudor. Yo tiendo más a esconderme que a mostrarme, porque hay un punto de no disfrute. A mí lo que me gusta y me divierte es actuar.

A.C: De hecho, como actriz, no eres nada exhibicionista, no te sueles prodigar en fiestas, no tienes redes sociales… Bueno, de hecho en alguna ocasión se han hecho pasar por ti en las redes y has tenido que denunciar a estos trolls.

A.J: Sí, pero esto también le ha pasado a mucha más gente. Es que, por lo visto, es como muy fácil suplantar la identidad de alguien en las redes sociales… (Risas)

A.C: Lo que no es tan sencillo es conseguir que den de baja esos perfiles falsos.

A.J: Claro. Nunca me he abierto ninguna cuenta de estas, pero imagino que no cuesta mucho. Como todo lo que es darte de alta en algún sitio, siempre son todo facilidades. Que den de baja una cuenta falsa, aunque lo demuestres, cuesta muchísimo. Lo que más molesta en estos casos es que dan una serie de datos y noticias sobre ti que no son ciertos, y, como mucha gente no sabe si realmente eres tú, eso te puede traer problemas. A mí me llevó unos tres meses dar de baja una cuenta falsa. Y es que, además, no basta con enviar un e-mail, te hacen escribir burofaxes y tú dices: “Pero a ver… ¿Esto no era internet?” (Risas) Es como volver a atrás… No lo sé, es una cosa muy extraña, muy difícil y muy friki. En cualquier caso, es una anécdota tonta más… Lo que sí creo es que a mí me causaría un estrés enorme tener una red social. No entro a juzgar si me parece bien o mal, porque no me puede parecer mal algo que no tiene nada de malo. Es sólo que a mí me genera estrés y una sensación de una enorme falta de libertad, y eso es algo que me hace sentir mucha ansiedad. Me da mucho corte el tener que estar continuamente pronunciándome, sabiendo que cualquiera me puede leer. Además, con lo que cambio yo de opinión… (Risas)

A.C: Actúas, bailas y te encantan los musicales… ¿Alguna vez te has planteado hacer uno?

A.J: No me lo puedo plantear, porque sería un despropósito total. (Risas) Yo te bailo lo que tú quieras, pero es que canto terriblemente mal… Creo que una de las cosas que más me gustaría en la vida sería poder cantar bien. Pero es que, además, me causa terror cantar en público. No sé si sabes que en Los miércoles no existen he tenido que cantar un poco…

A.C: No me digas eso, que empiezo a prepararte un hueco en Ipod.

A.J: ¡No, por favor! (Risas) Para mí, ha sido terrible… Pero me sentí muy orgullosa de haberme quitado la vergüenza y haber podido cantar en un rodaje. Además, me decían: “Tranquila, si no se trata de cantar bien…” Y yo pensaba: “No, si ya lo sé, pero espera a oírme…” (Risas) Superar esa barrera de poder cantar delante de gente y de una cámara ha sido un paso grande en mi vida. De todos modos, creo que canto lo suficientemente mal como para poder arruinar un musical yo sola en caso de que se produjera. Pero bueno, puedes cantar tú y yo bailo…

A.C:  Huy, es que tú tampoco me has oído a mí… (Risas)

A.J: Bueno, podemos hacer el anti musical. (Risas)

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A.C: Eso cuando tú quieras. Pero mejor vamos a cambiar de tema… (Risas) Por cierto, una de las actrices que más admiras, Shirley MacLaine, tampoco tiene una gran voz y llegó a meterse en un estudio de grabación. ¿Sientes que has llegado a cumplir el sueño de esa niña que veía las películas de MacLaine y que quería ser como ella?

A.J: En mi pequeña medida, sí. Para mí, el referente era Shirley Maclaine porque yo bailaba y quería ser actriz. Entonces, mi madre me decía: “Bueno, pero puedes ser las dos cosas… Mira a Shirley MacLaine”. Y crecí pensando que era verdad, que se podía hacer ambas cosas. Aunque también te digo que cuando era pequeña yo pensaba que se podía ser de todo: También quería ser negra y cantante, y pensaba que podía tener una gran voz y ser del color de piel que quiera… Yo tenía una imaginación prodigiosa.

A.C: No hace falta que lo jures… (Risas)

A.J: No he conseguido ser negra, no he conseguido ser cantante… pero he sido bailarina y soy actriz. Lo demás habrá que dejarlo para otra vida. (Risas)

A.C: A.C: O para tu próximo papel, porque en breve te vas a rodar a Canarias la nueva película de Vicente Villanueva y allí con el solecito y la playa…

A.J: Pues también es verdad… (Risas) Me hace mucha ilusión trabajar con Vicente en esta película, que se titula Móstoles no es lo que parece o la importancia de llamarse Encarna, porque he seguido muy de cerca sus trabajos y, además, pienso que es un gran director de actores.

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A.C: Además, vas a estar acompañada por Cristina Castaño y nada menos que Victoria Abril.

A.J: Sí, tengo muchas ganas de trabajar con ellas. Yo interpreto a Encarna, que es una mujer que vive en Móstoles… Y claro, llamándose Encarna y viviendo en Móstoles… la pobre ya está marcada de por vida. Ella tiene su trabajo y, de repente, se va a ver envuelta en una trama de negocios piramidales a la que es arrastrada por los personajes de Victoria y Cristina. A partir de aquí, todo, al parecer, son alicientes para conseguir lo que no ha conseguido nunca. Empezamos a rodar el 6 de abril. Serán siete semanas de rodaje, cinco en Madrid y dos en Canarias, así que espero que me tiempo a ponerme morena. (Risas)

A.C: Acabarás abriéndote una cuenta en Instagram solo para ir mostrando la evolución de tu bronceado… (Risas) Alex, me ha encantado volver a reunirme contigo en nuestra época del año. Gracias por regalarme otra de las entrevistas con las que más he reído y disfrutado, y te deseo mucha suerte en este nuevo proyecto, en El club de la comedia y, en general, en el año de Alexandra Jímenez.

 

TEXTO: ÁNGEL CABALLERO

FOTOGRAFÍA: MOISÉS FDEZ ACOSTA

MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA: SILVIA GIL 

 

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