RUBÉN SANZ: «El éxito está en el equilibrio»

RUBÉN SANZ: «El éxito está en el equilibrio»

“Quiero hacer teatro”, me dijo hace tiempo en una entrevista. Quién nos iba a decir por aquel entonces que acabaríamos compartiendo cartel (en la obra “Todo sobre Vázquez”), con todo lo que ello conlleva: horas de ensayos, risas en camerinos, noche de estreno, largas charlas, momentos inolvidables… Y muchas otras cosas que convirtieron a Rubén Sanz en esa especie de hermano mayor que te da consejos, un abrazo cuando lo necesitas y, por qué no decirlo, algún “merecido” tirón de orejas. Muchos consideraran una ventaja entrevistar a alguien a quien se conoce y se quiere, pero, para mí, siempre ha sido muy complicado. Así que no me voy a sentar a entrevistar al actor Rubén Sanz. En lugar de eso os invito a que os escapéis en moto conmigo y con un buen amigo. Durante el viaje aprovecharé para hablar con él sobre su inminente estreno en teatro, el final de Ciega a citas o la película que está preparando. Si alguien quiere acompañarnos, estáis invitados…

 

Ángel Caballero: En las entrevistas siempre solemos maquillar un poco la realidad, a veces de manera consciente y otras porque, simplemente, nos vemos así. Releyendo la que te hice para Mira a cámara me he dado cuenta de algo importante: no me mentiste en nada. Gracias a este tiempo, en el que he podido conocerte mucho mejor, he comprobado que eres una de las pocas personas que se muestran tal y como son.
Rubén Sanz: ¿Cuánto hace de aquello? ¿Fue antes de Vázquez?
A.C: Sí, hará unos tres años. Poco después del estreno de Lo contrario al amor.
R.S: Madre mía, cómo pasa el tiempo…
A.C: ¿Crees que has cambiado en algo en estos años?
R.S: No lo sé… Por mi forma de ser siempre me ha gustado ir superando metas. Trabajar duro para intentar hacerlo mejor y, por qué no, tener la oportunidad de demostrar que no hiciste algunos trabajos por casualidad. Y, si todo va bien, una cosa te va llevando a otra… Esta profesión me ha enseñado que cualquier cosita, por pequeña que parezca, siempre te va a aportar algo. Yo estoy seguro de que Todo sobre Vázquez influyó mucho para que pudiera hacer ahora Ciega a citas, porque vinieron a vernos algunas personas de Telecinco que, cuando les llegó mi prueba, ya me conocían porque me habían visto en el teatro. ¿Quién me iba a decir a mi que ese pequeño papel en una obra me iba a reportar otro tipo de cosas?  Aparte de lo que significaba poder estar trabajando en teatro, que ya era un valor añadido para demostrarme a mi mismo que podía hacer eso.

A.C: Recuerdo el primer día que viniste a ensayar, cuando nosotros ya llevábamos unas pocas semanas. Fuiste el único que llegó con el texto aprendido como el Padrenuestro, con una idea muy clara de lo que era tu personaje y con miles de propuestas (a cual mejor) que nos dejaron a todos alucinados. Y no sólo a nosotros; cuando el público vio la función, una gran mayoría decía eso de: “cómo me ha sorprendido el chico de Escenas de Matrimonio”. Y yo me preguntaba: ¿Por qué hay tanto prejuicio con determinados actores?
R.S: Bueno, yo pienso que, para los que nos dedicamos a esto, los prejuicios son algo que tenemos que ir derrumbando continuamente con cada nuevo trabajo. Además, creo que es algo que suele ocurrir más concretamente en España. En muchos otros países, cuando alguien consigue subir un peldaño más y llegar a algo, se le admira por ello. Aquí no. Aquí nos ponemos en lo peor y ya tenemos que estar buscando cosas sucias por las que haya podido conseguir ese éxito. Somos así, el español es así. El deporte nacional de este país es la envidia.
A.C: Tú cruzaste el charco y te fuiste a trabajar fuera.
R.S: Siempre he pensado que los actores somos como empresas que vendemos un producto. Y, como cualquier otra empresa, si en vez de venderle a un solo país podemos venderle a más, pues mucho mejor. Y así tendrás más oportunidades de darte a conocer y que tu producto esté en más sitios. Yo tuve la suerte de conocer a Gabriel Blanco, que es un manager latinoamericano que lleva a gente de primer orden de allí, y me dio la oportunidad de cruzar el charco y dije: ¿por qué no?  En Latinoamérica he tenido la suerte de poder trabajar con productoras, como CMO y Fox, que son espectaculares. Aquello es otro mundo del que creo que aquí podemos aprender bastante. Y es algo que mucha gente ya ha descubierto, gracias a colaboraciones que se están haciendo entre ambos países, pero, desgraciadamente, todavía hay personas que piensan que allí solo se hacen culebrones. Para algunas cosas, aquí tenemos el ego muy alto, y no pasaría nada por girar un poco la cara hacia allá, porque tienen una industria muy potente. Como te decía antes, hay que tener menos prejuicios y darle una oportunidad a algunas cosas, al igual que con una relación personal.

A.C: Siempre me quedé con ganas de preguntarte: ¿Tuviste miedo cuando te fuiste a Latinoamerica? Porque se te veía muy seguro…
R.S: Hombre, hay algo de incertidumbre que puede dar un poco de miedo. Pero también creo que nuestra profesión se va cimentando con la confianza que vas cogiendo en ti mismo. Pensaba que podía desenvolverme bien allí, que podía aportar cosas como actor y como persona… y me lo tomé como una aventura. Tampoco esperaba mucho más… pero he tenido suerte y me han ido bastante bien las cosas por allí. Más que miedo, creo que le tenía respeto.
A.C: Yo respeto mucho tu afán de superación. Te recuerdo un día, entre cajas, calentándote la cabeza pensando qué podías hacer para darle una vuelta más al personaje para que esa noche fuera distinto.
R.S: Hace poco leí: “Sólo cuando tu trabajo es tu verdadera pasión, consigues ser feliz haciéndolo”. Pues creo que es eso lo que me ocurre. Es cierto que, cuando estaba entre cajas, me preguntaba: ¿Cómo le puedo sacar más jugo a esta historia? ¿Cómo puedo aportar un granito más de arena que hoy haga que sea un poco diferente a lo anterior? Te confieso que, a veces, me gustaría tener más capacidad creativa. Un día un director me dijo que yo soy un actor triángulo. Por lo visto, esto consiste en que es un tipo de actor que puedes moldear muy bien, porque le das las pautas y lo hace exactamente como te ha pedido. Pues, quizá, a mi me gustaría ser un poco más creativo y poder hacer propuestas más ingeniosas. Pero, ante esa falta de creatividad, estoy orgulloso porque siempre intento ser lo más fiel posible a lo que el director me pide. Supongo que así compenso una cosa con otra.
A.C: Eres una persona que siempre habla muy claro y suele expresar las cosas como las siente. ¿Eso te ha traído, en alguna ocasión, quebraderos de cabeza?
R.S: Sí, pero es que creo te puedes pasar la vida intentando agradar a los demás y, aún así, no lo vas a conseguir. En ese sentido, yo prefiero ser fiel a mi mismo, que es con quien considero que tengo que estar a gusto. Es cierto que hay etapas en la vida en las que tienes tanta ilusión por conseguir llegar a hacer ciertas cosas que, a lo mejor, te cortas más a la hora de dar una opinión a determinada gente por miedo a que pueda volverse en tu contra. Pero, al final, pienso que lo que es para ti, es para ti. Y que si eres una persona autentica y dices lo que piensas, siempre sin tratar de ofender y teniendo en cuanta la opinión de los demás, lo que crearás será una crítica constructiva. Porque yo tampoco quiero rodearme de gente que me diga continuamente lo que quiero oír, quiero que me diga cosas para que pueda mejorar, porque si no, no voy a evolucionar en la vida. Sólo espero tener la fortuna de dar con gente que, al igual que yo, crea que yendo de frente se puede ir avanzando.

 

A.C: Eres una persona muy sociable, pero también muy inaccesible. No es fácil saber cuando estás bien y cuando no.
R.S: Sí, te reconozco que eso es verdad. Creo que es hereditario… Mi padre era también un poco así. No sé, puede que también sea un poco por una cuestión de costumbre. De estar acostumbrado a que determinadas cosas solo te las comes tú, porque consideras que son cosa tuya. Unas veces porque no te apetece que otros vean tus vulnerabilidades y otras porque, simplemente, eres así.

A.C: Hay actores que, para conseguir llegar al personaje, hacen su propia versión del texto. Algunos son incapaces de improvisar algo nuevo y salirse de lo ya establecido. Y hay otros, como tú, que consiguen llegar a un punto intermedio: hacer tuyo el personaje sin destrozar el texto.
R.S: Es que si ahora nos juntaran a diez actores y nos dieran el mismo texto para interpretar, estoy seguro de que cada uno lo haría de una forma distinta. Yo respeto mucho la capacidad, y la profesionalidad, que cada uno tiene en su oficio. Nosotros tenemos mucho trabajo ya como para querer hacer el trabajo del director, del guionista, del cámara… Pienso que si hay un guionista, que ha dedicado mucho tiempo a escribir ese texto, hay que respetar su trabajo, como a mi me gustaría que se respete el mío. El éxito está en el equilibrio.
A.C: ¿Hay algún momento en el teatro que recuerdes con un cariño especial?
R.S: El bolo de Todo sobre Vázquez que hicimos en Málaga. Creo que todos estábamos con una conexión muy especial. Y ver a la gente tan volcada en ese teatro lleno… Bueno, ya en los ensayos allí, con el teatro vacío, ya era muy especial para mí ver todas esas butacas, después de una larga temporada en Madrid en salas alternativas de aforo más limitado. Recuerdo que pensaba: “Como esto se llene…”. Y se llenó. (Risas)

A.C: Conociste a Belinda esa función y parece que te queda Belinda para rato, porque habéis vuelto a trabajar juntos en Ciega a citas y ahora estrenáis otra función junto a Miriam Díaz-Aroca.
R.S: La verdad es que fue todo un descubrimiento, al igual que con todos los que estábamos ahí. Belinda es un corazón con patas y… ¿Qué te voy a decir yo que tú no sepas?.
A.C: Pues, por ejemplo, el título de la función, y lo que tú quieras contarme.
R.S: Se titula Insatisfechas. Es un texto de Juan Luis Iborra, con el que tenía muchas ganas de trabajar en teatro, porque ya habíamos coincidido en unos capítulos que dirigió en Escenas de matrimonio. Está siendo otra experiencia muy bonita, porque Juan Luis es alguien que siempre está ahí para ayudar, colaborar, apostar por las ideas que propones… Es un director muy receptivo y tiene muy claro lo que quiere. Es una obra muy divertida y estrenamos este viernes 8 en el Festival de Teatro de San Javier, en Murcia.

 

A.C: Hoy hemos disfrutado de algunas de tus pasiones, como las motos, los coches y la velocidad. Te gusta correr en la carretera, pero en la vida también eres muy impaciente.
R.S: Pues ahora soy mucho más relajado, así que imagínate cómo era antes. (Risas) Poco a poco, la vida me ha ido enseñando a ser más paciente. Últimamente, parece que tengo más asumido que, al final, todo tiene su recompensa. Si te esfuerzas y trabajas duro, la vida te acaba dando la oportunidad que estabas deseando.

A.C: ¿Cuándo te volveremos a ver en la gran pantalla?
R.S: Parece que dentro de poco. Estoy en un proyecto muy bonito que se llama Estirpe. Ha habido tres cosas muy importantes que me animaron a meterme en esta película: el guión, que me pareció súper original. El reparto, poder trabajar con compañeros como Sergio Peris-Mencheta o Silvia Alonso. Y la tercera es el personaje que me ofrecían. Y creo que todavía no te puedo contar mucho más… pero ganas no me faltan.
A.C: Como actor, tienes una gran capacidad para hacer grandes los personajes aparentemente pequeños. Te ha pasado en varios trabajos y te ha vuelto a ocurrir, recientemente, en Ciega a citas.
R.S: Como se suele decir: “No existe papel pequeño, sino actor pequeño”. Pero cuando te toca el pequeño… dices: “ya me podría haber tocado uno más grande”. (Risas) Bromas aparte, creo que me puedo dar con un canto en los dientes, porque, dentro de los personajes secundarios de la serie, soy uno al que le han dando bastantes tramas, y yo ya no sé si es porque lo hago bien o por lo pesado que soy en la oficina de producción diciéndole a todo el mundo que a mi me den más cosas, que me aburro. Como ya te he dicho, yo siempre quiero más, porque me gusta superarme.

A.C: Hace unos días se publicó que Telecinco había decidido no renovar Ciega a citas. ¿Cómo estás sobrellevando esta noticia?
R.S: Ya se sabe que arrancar una serie nueva siempre implica unos riesgos. La cadena estaba contenta con el producto y aunque no hemos renovado por una tercera temporada, vamos a grabar diez capítulos más para darle el final que se merece y así no defraudar a todas las personas que nos han estado siguiendo día a día. Para mí, ha sido una experiencia muy bonita y, en ocasiones, es preferible acabar con algo digno a estirarlo más de la cuenta y que el producto se pueda llegar a resentir.
A.C: Imagino que ya estarás con la vista puesta en los siguientes proyectos de los que hemos hablado.
R.S: Sí, bueno, como te he dicho aún nos quedan por grabar unos capítulos de Ciega a citas. Estoy rodando un corto sobre el violinista Pablo Sarasate, en el que yo interpreto al tenor Julián Gayarre. Y, por supuesto, pensando en el estreno de mañana.

 

 

A.C: En la entrevista anterior que te hice me decías que deseabas hacer teatro y ese sueño se cumplió. ¿Te atreverías con un nuevo deseo?
R.S: Por supuesto. Deseo hacer una serie en Prime Time, que nunca he hecho ninguna. A ver si esta vez también me traes suerte y se cumple. (Risas)
A.C: Ojalá. Espero que así sea, Rubén.

 

TEXTO: ÁNGEL CABALLERO

FOTOGRAFÍA: CARLOS DAFONTE

 

¡No te pierdas EL PRÓXIMO 14 DE JULIO AlgoPasaCom… Jesús Olmedo!

carlosdafonte-jesus-angel