Inma Cuevas: “Hay que tener perseverancia y no ponerse límites”

Inma Cuevas: “Hay que tener perseverancia y no ponerse límites”

Desde que la veo en Vis a vis no puedo evitar mirarla con otros ojos, aunque, como la conozco desde hace tiempo, sé que ella poco tiene que ver con el perturbador personaje que interpreta en la serie de Antena 3. Tal vez esté más cerca del que encarna todos los lunes en el Teatro Lara en Constelaciones… Lo que, sin duda, tengo muy claro es que Inma Cuevas es una de esas actrices que no se conforma a la hora de preparar sus personajes, consiguendo que brillen con luz propia, incluso en los trabajos más corales…

 

Ángel Caballero: Cuéntame, Inma… ¿Siempre quisiste ir a la cárcel?

Inma Cuevas: Se ve que sí, aún sin saberlo… (Risas) Desde luego, nunca había soñado con estar en un proyecto así, pero sí lo deseaba mucho. No te imaginas lo contenta que estoy de estar en Vis a vis

 

A.C: Tanto en las redes sociales como en algunos medios, se ha comparado a Vis a vis con otras series, como Orange is the new black. ¿Eras seguidora de esta serie?

I.C: Sí, yo empecé a verla mucho antes de saber que iba a existir Vis a vis. La seguía, había visto la primera temporada y me gustó mucho. Cuando supe que iba a estar en Vis a vis, me vi la segunda y la tercera, un poco para inspirarme, para coger ideas… aunque luego, leyendo los guiones de Vis a vis, me di cuenta de que no tiene nada que ver. Lógicamente, ambas se sitúan en una cárcel de mujeres, pero poco más. Al principio, hubo como una losa muy grande, porque nos comparaban todo el tiempo con Orange, pero pienso que el público ya se ha dado cuenta de que son muy distintas por tramas, personajes o por el propio enfoque de la serie. Yo creo que Orange es más blanca. Lo nuestro es un thriller, donde la cosa cada vez se va a ir poniendo más complicada y más violenta.

A.C: Tengo la sensación de que éste es el personaje más oscuro que te he visto hacer.

I.C: Efectivamente. Es un personaje muy oscuro, pero yo, como actriz, siempre intento justificarla pensando que ella es así por algo. Ella tiene un mundo oscuro, anterior a la Anabel que estamos viendo en la cárcel, que todavía no se ha descubierto; y todo lo que vive ahora es consecuencia de aquello. Desde luego, psicológicamente tampoco está muy bien… (Risas)

 

 

A.C: ¿En los próximos capítulos vamos a ver flashbacks de ese pasado del que hablas o nos van a contar algo más que nos ayude a entender mejor a este personaje?

I.C: Va a haber momentos en los que se ven los puntos débiles y los puntos flacos de Anabel, pero, por ahora, van a ser muy poquitos.

A.C: ¿Qué ha supuesto para ti este personaje?

I.C: Ha sido un lujo, porque me permite buscar en lugares a los que nunca me había enfrentado. También tengo que decir que es muy divertido hacer de mala y que me lo estoy pasando pipa (Risas). Es una faceta en la que nunca antes me había encontrado como actriz, porque siempre había interpretado personajes muy blancos, muy limpios, muy cándidos y muy inocentes. Anabel es todo lo contrario a esto. Es un personaje muy sibilino y oscuro, pero también tiene que hacerse valer de alguna manera ahí dentro para sobrevivir.

A.C: Además, tú dotas a este personaje de unas capas y unos matices muy interesantes. ¿Cómo preparaste este papel?

I.C: Bueno, yo al principio iba a entrar en la serie para hacer otro personaje, y en cuestión de muy poco tiempo me dijeron que iba a hacer éste. Fue todo muy rápido, pero tuve la suerte de poder sentarme con el equipo de guión y producción y, aunque había unas pautas muy concretas sobre cómo era Anabel, hubo un proceso en el que hablamos mucho para saber cómo la íbamos a dibujar. Estaba claro que se iba a tratar de una persona amoral, medio bipolar, con una psicopatía, pero que, a priori, es una tía tranquila mientras no te metas en su terreno. Por cierto, el otro día, hablando con una de las directoras, llegamos a una conclusión maravillosa y es que Anabel podría ser la hija de Kathy Bates en Misery y Joe Pesci en alguno de sus papeles de mafioso, como en Casino o Uno de los nuestros. (Risas)

 

 

A.C: ¿Pudisteis ver los documentales que emiten cada semana después de la serie sobre presas reales para ayudaros a componer vuestros personajes?

I.C: No, yo no he sabido de esos documentales hasta que los vi después de Vis a vis. Habría estado muy bien, pero también es cierto que internet está lleno de información y hay muchísimos reportajes, que también vi, sobre reclusas y cárceles de mujeres.

A.C: Te tengo que confesar que, después de verte en la serie, me da miedo pedirte favores…

I.C: Eso también les pasa a algunos compañeros, yo tampoco pediría favores a Anabel… (Risas)

A.C: Sorprende lo lejos que está tu personaje del que interpretas los lunes en el Teatro Lara en la función Constelaciones

I.C: Lo bueno es que, de alguna manera, limpias un personaje con otro. Yo estoy totalmente en contra de la violencia y el maltrato, así que salir de Vis a vis e irme al teatro, junto a Fran Calvo, a hacer Constelaciones, que es una historia de amor por encima del tiempo y del espacio, le devuelve la paz a una.

 

 

A.C: Además, tengo entendido que éste es un proyecto que tú misma has sacado adelante.

I.C: Sí, está producido por mí. Creé con mi pareja una productora, a raíz de la necesidad de poner en pie este texto. Me fui de viaje a Londres y descubrí esta obra por casualidad, aunque ahora cada vez creo menos en las casualidades y más en las causalidades de la vida. Como decía Nawja Nimri, cuando interpretaba a Ana en la película Los amantes del círculo polar: “Podría unir mi vida uniendo casualidades”. En este momento de mi vida, yo creo que podría decir lo mismo. Para mí, Constelaciones, de repente, es el inicio de algo muy potente en mi vida y ordena mucho todo lo que estoy viviendo ahora. Como te decía, me fui a Londres, a la librería del National Theatre (Nick Payne, autor del texto, estuvo trabajando años atrás en esa misma librería de dependiente). encuentro este texto y me atrae su título, días antes había tenido unas conversaciones sobre las constelaciones, la luna, las estrellas y sobre la fuerza que ejercen en nosotros. En una charla con Fran Calvo resulta que conoce también el texto y divagamos con la idea de intentar ponerlo en pie. Una se da cuenta de que las cosas hay que hacerlas bien, grandes y pensando en que no hay que tener miedo a querer ir un poquito más allá. Yo creo que hay que tener perseverancia y no ponerse límites, que es algo que aprendí en la función Los últimos días de Judas Iscariote. Hay que pensar en grande y no ponerse barreras… Llamamos a Fernando Soto, porque tenía muchas ganas de trabajar con él, y lo pusimos en pie.

 

 

A.C: ¿Ese mismo viaje que originó todo esto es por el que luego acabaste trabajando en Inglaterra?

I.C: Sí, yo me fui de vacaciones y, estando allí, me llama un amigo que es actor y director de teatro y me propone dar las réplicas a los actores que iban a hacer pruebas en un musical que él iba a hacer. Me fui a ayudarle y llegado el momento de seleccionar el cásting me dice que no encuentra a un personaje y que le encanta como lo estoy haciendo dando las réplicas y que por qué no lo hago yo. Acepté, estuve allí para los ensayos, trabajé allí y, durante un año, estuve yendo y viniendo. Fue todo como muy impresionante. Además, cuando yo estaba estrenando el musical al mismo tiempo era el London Spanish Film Festival, donde fue Vicente Villanueva a estrenar Lo contrario al amor. Me invitaron, pero no pude ir, porque todo era en la misma noche, así que Vicente se quedó con la copla y pensó que yo vivía en Londres. Al poco tiempo me lo encontré un día en Madrid y me dice que ha escrito un corto en inglés, que es una locura, y que si quiero hacerlo. Ese corto es Meeting With Sarah Jessica

A.C: Del que ya sabes que yo soy muy fan…

I.C: Es que es fantástico. Y ese viaje a Londres desencadenó varias cosas que me han dado grandes momentos en mi vida, como este trabajo.

 

 

A.C: Pero hay una señal de la que no nos has hablado… De lo que te dije el día de los últimos premios de la Unión de actores, donde te galardonaron por tu trabajo en Constelaciones.

I.C: ¡Es verdad! Me acuerdo perfectamente… Antes de entrar me dijiste: “Tu y yo tenemos que hacer un AlgoPasaCom…, pero vamos a esperar a que esta noche te den el premio, y así tenemos algo más de que hablar…” Yo te respondí que no creía que fuera a ser así… Pero tuviste razón, y esa noche salí del Teatro La Latina con el premio en la mano.

A.C: Por cierto, el premio anterior que te dieron en los premios de la Unión se lo dedicaste a Dunia Ayaso y fue muy emocionante.

I.C: Sí… Cuando me dieron ese premio hacía muy pocos días que había fallecido Dunia, que era y es una gran madre del universo. Para mi es la matriarca por excelencia, la belleza, la mujer… Fue la mamá que nos cuidó, junto a Félix Sabroso, en Mujeres, que fue mi primera serie. La misma en la que Carmen Ruiz me recibió con los brazos abiertos llamándome hermana el primer día que yo rodaba, y, para mí, todos los que estábamos allí éramos una gran familia y siguen siéndolo. De alguna manera, recoger ese premio, dedicándoselo a Dunia, fue como cerrar un círculo y agradecer todo lo que ella me había dado. Mi primer premio de la Unión fue por Magda de Mujeres y yo estaba tan nerviosa que no sabía ni lo que decir. Así que con el segundo premio fue como una nueva oportunidad para expresarme desde otro lugar y con las palabras que necesitaba decir.

 

 

A.C: Qué bonitas son esas familias que se crean en los rodajes… En tu caso, Carmen Ruiz sería tu hermana, pero ¿Quién asumiría el papel de hermano, novio o padre a lo largo de tu carrera?

I.C: Está difícil… Pero mi hermano siempre será Bart Santana por Mujeres. Mi gran padre es Miguel Ángel Jenner en Gran HotelOriol Vila fue mi primer novio en Mujeres y después Jorge Monje, pero mi marido es mi gran amigo Denís Gómez.

A.C: Bueno, yo hoy también he ejercido de marido en este reportaje que hemos hecho… Por cierto, ¿Qué tal ama de casa eres?

I.C: Yo es que soy muy casera y muy servicial. Me encanta complacer y hacer que todos se sientan cómodos…

A.C: Pues hoy a la que he visto muy cómoda en el reportaje es a ti… (Risas)

I.C: Porque hoy hemos estado de igual a igual… Además, me has servido muy bien y me has tratado fenomenal. (Risas) Hombre, no sé si soy buena anfitriona, pero me gusta ser anfitriona de mis amigos y cuidar mucho a mi gente. No sé si es algo que me viene de familia, pero me encanta tener la casa llena de gente.

A.C: ¿Dirías que eres una persona tímida?

I.C: Cuando no conozco a alguien, soy bastante prudente. Prefiero observar y mantenerme discreta. Pero cuando cojo confianza, ya sabes que soy muy risueña… (Risas)

A.C: Pues no sé por qué, pero hoy te noto un poco tímida…

I.C: Hombre, antes de empezar con la entrevista no… Pero estamos tomando un café, me pones la grabadora delante y, claro, me quedo como cortadita. (Risas) Será que tengo un punto de ser responsable o de colocarme en un lugar para estas cosas.

A.C: Además de Vis a vis y de Constelaciones… ¿Dónde más podremos verte?

I.C: En breve empiezo a rodar una película maravillosa que se titula El silencio de los objetos. La dirigen Iván Rojas y Norberto Gutiérrez, y es una historia que habla de la soledad y de las constelaciones familiares o de lo que uno arrastra de su familia. La película tiene un reparto muy coral y yo interpreto a una psicóloga que se llama Mar y que personifica un poco el amor absoluto. También empezaré un proyecto teatral, que me hace mucha ilusión por la confianza que han depositado en mí, pero del que aún no puedo contarte nada.

A.C: No quisiera terminar esta entrevista sin preguntarte, Inma Cuevas, cuantas veces te han confundido con Inma Cuesta.

I.C: Muchísimas. Pero bueno, estamos hablando solo de un apellido, porque evidentemente somos dos personas distintas… Creo que es algo con lo que tendremos que vivir siempre, pero lo vivo con mucho cariño, porque me doy cuenta de que es normal. Si con los correctores de los móviles ya escribimos cosas que no queremos y somos conscientes de ello, pues imagínate un periodista que se pasa tropecientas horas delante de un ordenador…

A.C: A mí lo que no me cuesta es volver a verte siempre, porque sabes que me lo paso genial contigo. Espero que las constelaciones esas que tanto te han traído nos vuelvan a reunir pronto.

 

TEXTO: ÁNGEL CABALLERO

FOTOGRAFÍAS: MOISÉS FDEZ ACOSTA

MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA: SILVIA GIL

AGRADECIMIENTOS Q17 Studios, DESDE MI BUTACA COMUNICACIÓN.