Fran Perea: «Soy optimista, siempre pienso que las cosas van a salir bien».

Fran Perea: «Soy optimista, siempre pienso que las cosas van a salir bien».

Es inevitable alegrarse al ver crecer y madurar a compañeros de la talla y el talante de Fran Perea. Fran es como ese viejo amigo del colegio al que siempre te gusta reencontrarte, sentarte a tomar un café con él y ver lo bien que le va todo. En esta ocasión, ese reencuentro se produjo en los recién inaugurados Teatros Luchana, de los que él es socio; hablamos de radio, de música, de cine, de su próximo proyecto en televisión y del estreno de la segunda temporada de B&B en Telecinco.

 

Ángel Caballero: Tenía pensado empezar esta entrevista preguntándote qué necesitas para ser feliz, pero viéndote entre las paredes de este teatro creo que ya sé la respuesta.

Fran Perea: La verdad es que aquí soy muy feliz. Yo necesito desarrollarme como persona y lo hago a través de mi profesión en muchos aspectos, porque ya sabes que este oficio nuestro tiene mucho de ilusión, de pasión, de compromiso… A mí me recuerda un poco a las buenas amistades o a las buenas relaciones de pareja. Mi relación con el trabajo es un poco así.

 

 

 

A.C: En los tiempos que corren, producir una función de teatro es arriesgado. Hacerte socio de un teatro requiere una valentía asombrosa. Nadie diría que eres una persona con miedo a embarcarte en este tipo de proyectos…

F.P: Pues lo tengo… (Risas) Lo que pasa es que lucho contra él. Soy optimista y siempre pienso que las cosas van a salir bien. A veces me equivoco, pero pienso que hay que intentarlo, y en esos momentos luchar mucho más para que las cosas vayan a mejor.

A.C: Por cierto, qué bonitos y acogedores os han quedado los Teatros Luchana… ¿Cómo surgió la posibilidad de embarcarte en esta aventura?

F.P: Muchas gracias. Este es un proyecto que nace de dos personas, Jorge de las Heras y Ventura Gil, que se conocen desde hace tiempo y que habían trabajado mucho juntos. Jorge había puesto en marcha La escalera de Jacob, y estuvo gestionándola durante diez años. Pensaron que querían dar un paso más y llevar ese formato de La escalera, que eran varias salas de teatro y cultura que funcionaba durante todo el día, a algo un poco mayor. Estuvieron buscando locales que se pudiesen adaptar a esa idea que ellos tenían, así como a otros locos que quisiesen subirse al carro de ese proyecto. Yo empecé a hablar con ellos en Enero; a principios de febrero ya estaba en el proyecto, y hasta hoy. Una de las cosas que más me gustó es que se conjugaban varios aspectos que son difíciles de mezclar en nuestra profesión, porque por un lado está el músculo creativo y cultural del sector y por otro el financiero. Es muy complicado encontrar financiación para proyectos teatrales y, de pronto, aquí ha entrado un grupo de gente que cree en este proyecto y que ha puesto su dinero y su voluntad para que esto funcione y salga adelante.

 

 

 

A.C: Ahora la gran pregunta es: ¿Cuándo te veremos a ti sobre las tablas de este teatro?

F.P: Bueno, de momento, formo parte del comité artístico del teatro y soy un abanderado del proyecto. Por ahora, yo creo que ese es mi lugar. Estoy aprendiendo y aportando lo que puedo… Espero que el siguiente paso, en un futuro, sea actuar aquí y otras cosas, como producir para los Teatros Luchana e incluso, por qué no, también dirigir.

A.C: De Feelgood, tu última función, nació la compañía Felgood Teatro que, según tengo entendido, tiene una nueva obra en marcha.

F.P: Sí, una función que se titula La Estupidez, de Rafael Spregelburd, y que estrenaremos en el Matadero en Enero. Luego saldremos de gira y después, quién sabe, igual acabamos aquí, en los Luchana. Estará dirigida por Fernando Soto y en el reparto estamos Javier Márquez, Ainhoa Santamaría, Javier Coll, Toni Acosta y yo. Somos cinco actores haciendo veinticuatro personajes. La obra es una especie de road movie en Las Vegas. Este texto forma parte de una heptalogía sobre los siete pecados capitales del cuadro del Bosco. En el 2016 se cumplen quinientos años de la muerte de El Bosco y tiene mucho que ver, en este caso. Aunque la función se llama, como te he dicho, La Estupidez, habla sobre el pecado concreto de la codicia. Desde la compañía siempre tratamos de que las obras que hacemos sean de autores vivos con cierto aire de comedia, pero con una fuerte carga de profundidad detrás de eso.

 

 

 

A.C: Con Feelgood conseguisteis arrastrar a algunos políticos al teatro, algo que pocos han conseguido en este país…

F.P: Sí, vinieron muchos y de muchas índoles. Eso forma parte también de la transversalidad que buscamos nosotros dentro de nuestro caminar. Es verdad que nuestra profesión puede ser un poco endogámica y la relación con el público se establece unidireccionalmente. Nosotros, en la compañía, pensamos que hay muchas posibilidades, más allá de las sectoriales. Intentamos siempre hacer una línea de transversalidad, buscando qué temáticas hay en las funciones que hacemos y que puedan vincular e involucrar a otros ámbitos que, a priori, no tienen nada que ver con el teatro.

A.C: Desde tu compañía hasta los Teatros Luchana, pasando por las personas con las que trabajas… Todo ello tiene un componente muy artesanal y familiar, algo que va muy ligado a tu forma de ser y que, supongo, no es casual.

F.P: Sí, no es casualidad. En nuestro trabajo hay mucha exposición y muchas cosas que no dependen de ti. Por eso, el camino al que a mí me gustaría ir es intentar que mis proyectos dependan de mí y estén tratados con el cariño que a mí me gusta tratar las cosas, y que la gente que esté involucrada en el proyecto sienta lo mismo. Yo creo que desde ahí se trabaja mucho más a gusto.

 

 

 

A.C: ¿Cómo consigues compaginar tantos proyectos que están en marcha al mismo tiempo?

F.P: Hay veces que es muy complicado… Estas semanas, por ejemplo, han sido un poco una locura. A veces coinciden todas las cosas y te las tienes que ingeniar para sacar tiempo de debajo de las piedras para poder hacerlo todo, porque en esta profesión luego también hay otros periodos que son más tranquilos.

A.C: Y aun así también consigues sacar tiempo para ver los trabajos de los compañeros. Estos días publicabas una foto en Instagram junto a Álex García, al que ahora le pasas el relevo en El burlador de Sevilla. ¿Has podido ir a verlo ya al Teatro Español?

F.P: No, aún no, pero iré en breve. Yo no creo que sea pasar el relevo, pienso que es algo que se da de manera natural. Álex y yo nos conocemos desde hace muchísimos años, porque jugábamos juntos al fútbol, y es de estas personas que vas viendo crecer y, de alguna manera, te sientes orgulloso. Estoy deseando ver el trabajo que ha hecho, porque es un grandísimo actor y seguro que aborda el personaje estupendamente.

 

 

 

A.C: Los actores no somos nada sin un público que vea nuestros trabajos. Han pasado muchos meses desde la grabación de la segunda temporada de B&B hasta su emisión. ¿Cómo has vivido tú esa espera?

F.P: Sí, es como que se hace raro verlo después de tanto tiempo… pero también tengo claro, con los años que llevo ya en esto, que este negocio funciona así. He hecho muchas series que han esperado mucho hasta encontrar un momento apropiado para emitirse. Yo, en estos casos, lo único que puedo hacer es intentar hacer mi trabajo lo mejor posible, porque, como te decía antes, en este oficio hay tantas cosas que no dependen de nosotros… Cuando trabajas para otros, hay que relajarse y decir: “Yo ya he hecho mi trabajo; ahora, que sea la cadena la que decida cuándo quiere estrenar la serie”. Mientras tanto, como hace mucho tiempo que me empecé a diversificar, me pongo con muchas otras cosas que tengo que hacer.

 

 

 

A.C: ¿Qué sorpresas nos depara esta segunda temporada de B&B?

F.P: Una serie con un corte diferente al de la primera temporada, en la que predominaba más la comedia o la cotidianeidad. También las tramas periodísticas estaban más establecidas en las oficinas. En esta temporada salimos más a la calle. Y, además, con una realidad un poco más cruda que anteriormente. Se profundiza más en los personajes y, por lo tanto, la serie se vuelve un poco más profunda y con más carga emocional.

A.C: Una vez te dije que Dani Rovira y tú erais los Joey y Chandler de Friends a la española. Imagino que ese tono desenfadado y algo cómico entre vuestros dos personajes se seguirá manteniendo, ¿No?

F.P: Sí, claro…  Eso sigue estando. Nuestros personajes se toman la vida con sentido del humor. Y eso está muy bien, porque está esa cosa de decir: “Joder, qué mal nos va, pero nos podemos reír”…

 

 

 

A.C: De todos los papeles que interpretamos al final siempre aprendemos algo. ¿Qué has aprendido de tu personaje en B&B?

F.P: Trabajando con Dani y con Jorge Usón, por ejemplo, he aprendido a “tirar a tierra” el personaje. Digamos que hay otro personaje que es el que vuela y que el tuyo es el que ata un poco más la trama a la tierra. En ese sentido, es un trabajo muy interesante, porque te obliga a estar muy atento, escuchando mucho a tu compañero y siempre tirando hacia tierra para que haya un equilibrio entre los dos. Dani y Jorge son maravillosos actores de grandes vuelos, que se pueden permitir unos giros espectaculares, y yo soy el que está abajo para sujetar un poco el vuelo. Aprender esto es algo que me ha venido muy bien.

A.C: De todos los personajes que has interpretado, ¿Cuál es el que más te ha marcado?

F.P: Qué difícil me lo pones… ¿Sólo puedo elegir uno?

A.C: Venga, dos…

F.P: Esto es como cuando escuchas a los grandes, como Pepe Sacristán o Juan Diego, que de pronto te dicen que el personaje que más significó para ellos fue uno que hizo en una película, o en una obra de teatro, que, a lo mejor, no fue uno de los grandes éxitos de sus carreras… A mí, en ese sentido, me pasa algo parecido. Yo podría pensar en Los Serrano, que es el personaje por el que más se me conoce, pero, en audiovisual, me quedo con El garganta de El camino de los ingleses. Ese personaje poético, inteligente, romántico, que lo observa todo… Tiene elementos de una complejidad que me apasiona. En teatro, por todo lo que ha significado para mí y todo el recorrido que he pasado hasta que he llegado ahí, Edu de Feelgood.

 

(Fran lleva: Blazer Antony Morato, Camisa Tommy Hilfiger, Pantalón US Polo y Reloj MeisterSinger. Ángel lleva: Totallook US Polo y reloj Frederique Constant)

 

A.C: Hablabas de El Garganta, un personaje que “mama” mucho del gran Jesús Quintero.

F.P: Es verdad. Además, tuve la suerte de que me entrevistase una vez y hablamos de este personaje. Y lo comentaba con Banderas cuando estábamos haciendo la película, que teníamos ahí ese referente de alguien que lleva la realidad por un sitio diferente. Es un personaje muy interesante y enriquecedor.

A.C: Imagino que El Garganta fue un buen maestro del que aprender para tu trabajo como colaborador ahora en Radio Nacional…

F.P: Sí. Lo estoy pasando muy bien y está siendo una experiencia muy enriquecedora. Es lo primero que hago en radio y llevo ya una temporada colaborando en el programa La Sala, con una sección que se llama El otro lado, donde hago un seguimiento de funciones de teatro, pero vistas desde otro lugar. Es una colaboración mensual con la que estoy muy contento.

 

 

A.C: Antes has mencionado Los Serrano… ¿Qué produce más resaca: la fama que te da una serie de tanto éxito como ésa o un cartojal en plena feria de Málaga?

F.P: Pues es complicado… (Risas) En mi vida hay, claramente, un antes y un después de Los Serrano, para lo bueno y para lo malo. Hubo muchas cosas muy buenas de esa etapa y otras que no fueron tan malas para mí como el sello que deja en la imagen que los demás puedan tener de ti. Yo afronto todos mis trabajos con la misma seriedad, pero la gente se hace una imagen de ti, lo que llamamos “encasillamiento”, y después les cuesta verte en otros papeles. También es cierto que han pasado ya algunos años de aquello y parece que vamos dando pasos hacia otros sitios.

A.C: Hay muchas personas que todavía ven la televisión como un producto menor. Después de Los Serrano, te hemos visto en teatro y en cine arropado por algunos de los profesionales más grandes de la industria. ¿En algún momento te asustó volver a hacer televisión por miedo a ese encasillamiento del que hablabas?

F.P: Es verdad esto que dices de la tele, y es una pena que siga pasando. No me asustó volver a la tele porque a mí me parece algo maravilloso. Y en este país más, porque es lo que nos permite estar en activo en el audiovisual. La televisión es escuela, y no solo de actores: también de técnicos, de directores, vestuario, maquillaje, peluquería… Es un medio que tiene muchos valores. La industria que al cine le cuesta tener en este país, la tiene la televisión. Da de comer a mucha gente, genera mucha actividad y proyectos muy interesantes, por lo que yo no puedo renegar de la tele. Además, Antonio Resines me dijo una vez: “Francisquito, tú nunca dejes de hacer tele…” Y yo, como le hago caso a Resines, porque es como mi padre, ahí sigo.

A.C: Buena prueba de ello es que ahora arrancas un nuevo proyecto de televisión…

F.P: Sí, estaré en La sonata del silencio, una miniserie de nueve capítulos para TVE. Éste es otro de esos regalos que te ilusionan, porque es otro personaje distinto a todo lo que he hecho antes y es maravilloso. Estoy muy contento de poder estar en este proyecto.

A.C: Ayer, mientras preparaba esta entrevista, estuve escuchando Viejos conocidos, tu último trabajo discográfico hasta la fecha y, si me lo permites, en mi opinión el más interesante. ¿Cuándo te vas a volver a meter en un estudio de grabación?

F.P: Yo estoy muy contento con las cosas que estoy componiendo, pero también es cierto que ahora, afortunadamente, tengo mucho trabajo como actor y estoy muy implicado en muchas cosas. No es fácil sacar un disco. Cuando prepare uno nuevo, quiero hacerlo bien y dedicándole tiempo. Además, auto producirme requiere un tiempo extra del que le dedicaría cualquier otro cantante. Ojalá llegue pronto… Todavía no sé cómo ni cuándo, pero yo sigo componiendo y participando en otras cosas, como ahora, que estoy haciendo una canción para una serie.

 

A.C: En su paso por AlgoPasaCom…, Ignacio Montes, otro actor y paisano malagueño, me habló de lo mucho que te admiraba y lo importante que fue tu trabajo en su decisión de convertirse en actor. ¿Qué sientes cuando los compañeros te dicen este tipo de cosas?

F.P: Me siento mayor… (Risas) Bromas aparte, es algo que me está empezando a pasar, porque hay gente a la que veo en la tele trabajando muy bien, luego me los encuentro y me dicen cosas como que estudiaron teatro por mí. Pues imagínate… qué gusto y que bonito poder ser un referente para alguien.

A.C: Fran, siempre es un placer reencontrarse con un paisano, un compañero y un amigo como tú. Gracias por la charla y, como siempre, por la mejor de tus sonrisas.

 

TEXTO: ÁNGEL CABALLERO

FOTOS: MOISÉS FDEZ ACOSTA

MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA: SILVIA GIL

ESTILISMO: CARMEN BENA

PRODUCCIÓN: JAIME PALACIOS

AGRADECIMIENTOS: ANA DÍAZ, MARÍA ISABEL MARTÍNEZ, MAITE PEREA, LUIS YANES, JOYERÍAS YANES, ISABEL RIAL y TEATROS LUCHANA.

 

¡NO TE PIERDAS, el próximo VIERNES 16, AlgoPasaCom… ALEJANDRO AMENÁBAR!