29 Oct Dafne Fernández: “Nunca busco competir con otras actrices, sino conmigo misma”
El suyo fue el primer rostro que vi la primera vez que pisé un plató de televisión. Caminaba muy recta, vestida de negro, con el pelo recogido, actitud aparentemente distante y una belleza apabullante. Inteligente, fuerte y competitiva, Dafne Fernández podría ser la heroína perfecta a la que temen los Jasons, Freddys y Ghostfaces de las mejores películas slashers de los 80 y 90. Este Halloween gritaremos, huiremos, trataremos de escondernos, pero sabemos que al final tendremos que enfrentarnos a todos ellos. Como todo el mundo sabe, la protagonista es la única que sobrevive en estas películas, así que sólo espero que Dafne acabe por mí este reportaje…
Ángel Caballero: Ha sido muy interesante descubrir lo bien que te manejas matando zombis…
Dafne Fernández: Yo me lo he pasado muy bien. Ya me has visto, me he sentido como una niña jugando. Me ha encantado la experiencia y todo lo que hemos estado haciendo. Pienso que es algo nuevo y diferente…
A.C: Creo que hasta ahora nunca había visto esa parte de ti, esa niña de la que hablas…
D.F: Yo disfruto mucho con estas cosas y me encanta que me sorprendan. Me gusta venir al Parque de Atracciones, aunque con los años, poco a poco, voy disfrutando menos con los cacharros y prefiero ver a los monstruos dándonos sustos, o ver las caras de los niños que vienen al parque y se ilusionan con todo. Entrar en este lugar y ver esas caritas llenas de emoción es algo que me encanta, porque me recuerda a cuando eres niño, no tienes preocupaciones y ves el mundo de colores. Esa época en la que todo lo vives de un modo muy intenso y todas las experiencias son nuevas y únicas. La verdad es que cuando voy a algún sitio como éste, viajo a un lugar en el que estoy muy feliz.
A.C: Tú empezaste a bailar siendo muy niña, lo que te exigía mucha disciplina y horas de entrenamiento. Con ese ritmo de trabajo que se le impone a una bailarina, ¿Podías también sacar tiempo para disfrutar de este tipo de cosas?
D.F: Cuando era muy pequeña, sí. A partir de los ocho años, ya se me acabó el chollo… (Risas) Iba al colegio y luego, por las tardes, a bailar y a hacer los deberes.
A.C: Después de haber viajado contigo por el The walking dead experience, tengo que decirte que gritas de maravilla… Como se entere Ryan Murphy, te ficha para Scream Queens.
D.F: No sé yo si duraría mucho allí, porque hoy casi me quedo afónica. (Risas) Me encantan las películas de terror y soy muy fan del género. Lo paso muy bien con las películas que me dan miedo. Puede que por eso, también, todo esto de Halloween me gusta mucho…
A.C: ¿Eres de las que se disfrazan en estas fiestas?
D.F: No, todavía no estoy tan americanizada… (Risas)
A.C: Te he visto especialmente cariñosa con Freddy Krueger… Como preguntaría Ghostface en Scream, ¿Es Pesadilla en Elm Street tu película de terror favorita?
D.F: No, pero hice una función en Microteatro por dinero donde salía Freddy, y ahí le cogí mucho cariño al personaje. Además, el argumento de Pesadilla en Elm Street, en la que no te puedes dormir porque hay un asesino que se aparece en tus sueños, me parece una idea maravillosa.
A.C: Corrígeme si me equivoco, pero yo creo que el circuito de teatro off es el medio en el que han confiado más en ti y en tu versatilidad como actriz. Ahí te hemos visto experimentar, disfrutar y lanzarte a la piscina en una gran variedad de personajes muy dispares.
D.F: Yo siempre intento hacer cosas diferentes, y donde más me dejan probar registros nuevos es en estos pequeños montajes. Lo que ocurre es que, desgraciadamente, al ser un circuito no comercial y más limitado, llega a menos público. No es un escaparate grande, donde la gente pueda ver que soy capaz de hacer otras cosas que no tienen nada que ver con la chica que ven normalmente por televisión. Como actriz, lo que más me gusta es probarme y hacer cosas nuevas, y aunque parezca que, sobre todo en audiovisual, siempre hago personajes más normales, yo siempre intento llenarlos con matices completamente distintos a los que pueda haber en otros trabajos anteriores. Si nos ponemos a analizar todos los papeles que he hecho, no tienen mucho que ver unos con otros; lo que ocurre es que, a grandes rasgos, apenas se aprecia.
A.C: Una vez me dijiste que para preparar tus personajes te gusta tener una serie de referentes muy claros en la cabeza. Tú eres alguien que consume muchas horas viendo cine y series de televisión, por lo que imagino que tienes que tener un buen stock de referentes…
D.F: A mí es que me gusta mucho enriquecerme en mis ratos libres. Ya sea estudiando inglés, bailando y, sobre todo, como bien sabes, viendo cine, series y documentales, que me ayuden a tener una visión más amplia y conocer otras experiencias, que me puedan venir bien para poder darle toda la verdad posible a según qué personaje me toque interpretar. Yo disfruto mucho componiendo los personajes. Al principio, cuando no sé cómo voy a hacerlo, empiezo a coger referentes y, poco a poco, los voy creando y empiezo a jugar con lo que me interesa. Porque nunca lo “copio” todo, sino que voy cogiendo una cosita de un sitio, otra de otro… hasta que sale un tipo de personaje que es con el que quiero trabajar y que creo que me va a dar mejores resultados.
A.C: Llevas trabajando como actriz desde que eras una niña, conoces a la perfección cómo funciona el oficio, el medio y la industria. Y habrás hecho cientos de pruebas a lo largo de estos años… ¿Te sigues poniendo nerviosa en los cástings?
D.F: ¡Sí! Siempre tengo esa sensación de que va a ser como “todo o nada”. Me pongo nerviosa porque después, al salir, me gusta tener esa sensación de sentir que lo he hecho lo mejor posible. Cuando vamos a una prueba, tenemos una oportunidad, y no sabemos si vamos a volver a tener otra. Por eso, yo siempre me exijo dar el cien por cien. Curiosamente, el otro día escuché a Ellen Page, que protagonizó la película Juno, decir que ella no iba con nervios a las pruebas, porque pensaba que eso era algo que debería de tener el director de cásting, ya que era él a quien habían contratado para encontrar a la actriz más adecuada para ese personaje. Me ayudó escuchar esto, porque creo que tiene razón. Nosotros, en las pruebas, tampoco tenemos mucha información de cómo es el personaje que buscan; entonces, sólo podemos hacerlo lo mejor posible y confiar en que nuestra propuesta sea lo más parecida posible a lo que ellos están buscando.
A.C: ¿Crees que hacías mejores pruebas cuando eras una niña y no tenías esa presión que vamos cogiendo con los años?
D.F: Totalmente. Cuando era pequeña, y aún no había estudiado interpretación, iba a las pruebas a jugar, sin ningún tipo de presión. Con los años, conforme vas adquiriendo más conocimiento, curiosamente, es cuando están más presentes los nervios y las inseguridades. Cuando estudiaba ballet, siempre me decían que, cuando saliera a bailar, no me preocupara de si el pie está bien colocado, porque es algo que ya está hecho en los ensayos. Simplemente, una vez que estés en el escenario, lo que hay que hacer es disfrutar. Yo creo que con la interpretación ocurre algo parecido y es lo que siempre intento hacer… disfrutar cuando llego a la prueba, cuando salgo a escena o a rodar una secuencia. No hay que pensar en el trabajo previo, porque se supone que eso ya está hecho, así que sólo hay que llegar allí, disfrutarlo y confiar en que saldrá.
A.C: Los que hemos jugado contigo a Lobos o al paintball sabemos que eres un poco como el personaje de Mónica Gellar en Friends, una competidora feroz… ¿En las pruebas también eres así?
D.F: Es verdad que soy una persona muy competitiva. Lo que ocurre es que en las pruebas no busco competir con otras actrices, sino conmigo misma. Siempre intento superarme y hacerlo lo mejor posible. Es más, si hay otra compañera que lleva otra propuesta más interesante, arriesgada o acertada, también me gusta verlo, para intentar ser capaz de poder hacerlo yo en un futuro. Con los juegos, por ejemplo, es que yo soy de las que les gusta jugar para ganar y no jugar por jugar. Aunque también es verdad que, con los años, me he ido relajando…
A.C: Relajando o afinando tu puntería, porque yo sigo sin querer tenerte en el equipo rival…
D.F: En serio, de verdad te digo que me he ido relajando y que ahora lo vivo de otra manera. Aunque puede que mi pensamiento de querer ganar siga siendo el mismo… (Risas)
A.C: Me consta que hay algún papel que te han dado porque hiciste una prueba brillante, que además acompañaste con un trabajo de composición física y caracterización.
D.F: Creo que sé a cuál te refieres… (Risas) Una de las últimas pruebas que hice de este tipo fue para la mini serie sobre Isabel Preysler, que al final no llegó a hacerse. Yo nunca había interpretado a un personaje real, así que me empecé a documentar sobre ella, hasta tal punto de que trabajé su acento, su forma de mover las manos y fui con el tipo de ropa con la que ella suele vestir. En una semana, me leí tres libros sobre ella, no sé cuentas entrevistas, todos los videos que encontré en Youtube… Me quedé alucinada con ella, porque yo la conocía como a cualquier persona que ves en las revistas, pero, después de todo este proceso de preparación, me di cuenta de que es un personaje muy rico para interpretar, con muchas capas y colores. Me dio mucha pena de que el proyecto al final no llegara a hacerse. A ver si ahora, que parece que vuelve a estar muy en el candelero, se animan y vuelven a poner el proyecto en marcha.
A.C: Ella es una mujer muy seductora, algo que también dicen de ti en otros reportajes que te han hecho. Como actriz, ¿Cuál es tu secreto para seducir al público?
D.F: Intentar hacer todo lo posible para que mis personajes resulten creíbles. Me gusta pensar que la gente pueda llegar a sentir empatía o se identifique, porque lo han vivido o porque conocen a alguien en esa circunstancia, con lo que le ocurre a mi personaje. Siempre procuro que el sentimiento que le sucede al personaje en cada momento sea muy real. También supongo que el público puede llegar a tenerme cierto cariño, porque, como hemos dicho antes, me han visto crecer desde los ocho años que hice mi primera película.
A.C: Marta, aquella bailarina que se formaba también para ser actriz en Un paso adelante, es quizás el personaje que has interpretado que más se parece a ti. ¿Cómo recuerdas aquellos días en los que la ficción se mezclaba con tu realidad?
D.F: Bueno, la verdad es que en aquel momento la realidad superaba la ficción, y eso que ya era difícil… Con ese personaje te diría que aproveché para que la gente me conociera un poco más a mí. Antes hablábamos de referentes, y en este caso no podía tener un referente más claro que yo misma, que tenía la misma vida.
A.C: Y, al igual que le ocurrió a tu personaje en UPA, llegó un momento en el que tuviste que elegir entre la danza o la interpretación.
D.F: Sí, aquello no fue nada fácil. Llevaba diez años bailando, y justo era el momento de acabar la escuela y enfrentarme al mundo profesional haciendo audiciones para las compañías. Tenía muchas ganas de ver qué ocurría si seguía por ahí, pero al ponerlo en una balanza me di cuenta de que las posibilidades que tenía como bailarina eran muy pocas (aunque acabé con sobresaliente, pero soy muy alta y solo podría haber aspirado a ser solista de un ballet y no bailar nunca con pareja) por lo que iba a terminar mi carrera artística con treinta y pico años. Así que, como me gustaban por igual ambas cosas, me decanté por la interpretación.
A.C: En aquella serie trabajabas mano a mano con Natalia Millán, que interpretaba a tu hermana y que también pasó por algo parecido. ¿Encontraste un buen apoyo en ella fuera de las cámaras y los focos?
D.F: Sí, Natalia me dio grandes consejos, no sólo para mi trabajo sino también para la vida. Yo empecé a ser mujer trabajando a su lado… Recuerdo que a ella también le dio mucha pena mi decisión de no seguir bailando, pero entendió totalmente mi postura, me apoyó en todo momento y me animó mucho.
A.C: En breve vuelves a la parrilla televisiva con la segunda temporada de El chiringuito de Pepe, aunque no han sido pocos los que se lanzaron a gritar que ya habías abandonado la serie…
D.F: Esto es algo que se me ha preguntado mucho y te lo voy a responder ahora con rotundidad: Sí, estoy en la segunda temporada. Lo que ocurre es que ya se irá viendo cómo se desarrolla toda la temporada hasta que mi personaje, al final, se va. Ha sido una experiencia increíble para mí, porque yo nunca había tenido un final en una serie. La última temporada de Un paso adelante quedó en el aire, a Tierra de lobos le ocurrió algo parecido; en Los Serrano, como al final todo era un sueño de Antonio Resines, nunca me quedó muy claro si mi personaje había sido real o no. Sexo en Chueca tampoco tuvo un final… Por lo que me apetecía mucho hacer un personaje con un arco que tuviera un principio y un final. La verdad es que ha sido un viaje precioso.
A.C: Así que, para acabar con las especulaciones, ¿Es una decisión que tomaste tú?
D.F: Sí, pero lo han hecho muy bien y de tal manera que va genial para el recorrido del personaje.
A.C: Y ya que has experimentado la sensación de poner punto y final a un personaje, ¿Ha sido difícil decir adiós?
D.F: Muchísimo. Sólo había dicho una vez adiós, en el teatro, con el musical de Fama, y recuerdo que en la última función casi no podía hablar, porque no paraba de pensar que era la última vez que iba a estar haciendo ese personaje. Aquí me ocurrió algo parecido. Cada día que pasaba, sentía que estaba más cerca del último en un sitio en el que he estado muy a gusto y feliz. Me han tratado como a una reina y, artísticamente, me he sentido súper valorada.
A.C: Tú sueles ser una persona muy directa y no te cortas un pelo a la hora de decir las cosas tal y como las piensas. Esto es algo digno de admiración en este mundo, pero más de una vez te ha traído algún quebradero de cabeza, por ejemplo, en las redes sociales.
D.F: Es cierto que a veces suelo ser demasiado directa, pero es porque a mí también me gusta que vengan y me digan lo que tengan que decirme. No me gustan las medias tintas, ni las dobleces. Aunque ya me voy dando cuenta de que hay veces que me debería de cortar un poco. Es algo que estoy intentando modificar… Antes intervenía más en las redes sociales y opinaba, pero ahora creo que soy actriz y que tampoco tengo por qué entrar a hablar de ciertas cosas. Si algún día se necesita mi opinión para algo, que no creo, ya entraré y la diré.
A.C: Cuando eres una actriz joven con una belleza evidente, algunos medios parecen más interesados en explotar tu físico que en hablar de tu trabajo como actriz. Tú has hecho algunos reportajes de estas características… ¿Llega un momento en el que uno se cansa de que siempre le propongan exponerse de una determinada manera?
D.F: Yo creo que pueden pedirte lo que quieran, porque al final vas a ser tú quien decida qué cosas hacer y qué no. A mí me gusta mostrar algo diferente cada vez que aparezco en una publicación. Yo siempre intento cambiar, pero es cierto que lo que lo que piden suele ser siempre algo con un punto más sexy, porque es lo que vende.
A.C: ¿Es más complicado ganarse el respeto del público o el de los compañeros de profesión?
D.F: Es difícil responderte a esto, porque ambos son muy exigentes… pero pienso que, quizás, con los compañeros sea un poco más fácil.
A.C: Pues fíjate, yo creo que es justo lo contrario y que la profesión puede llegar a ser mucho más exigente.
D.F: Es que, en general, siempre somos más exigentes con los demás que con nosotros mismos.
A.C: ¿Tú crees que ya has conseguido ganarte el respeto de la profesión?
D.F: Me gustaría pensar que sí. La gente que conoce mi trayectoria sabe que he trabajado con los mejores y que llevo mucho tiempo en este negocio…
A.C: Pero, desgraciadamente, las personas olvidamos pronto… ¿Has tenido que recordarle a la gente en alguna ocasión los años que llevas trabajando como actriz?
D.F: No, no te creas que es un tema que tenga sacar muy a menudo. Yo me siento querida, valorada y una privilegiada por haber podido hacer los trabajos que he hecho.
A.C: Tú empezaste en el cine, aunque últimamente te hemos visto más en teatro o en televisión. ¿Te gustaría volver a este medio?
D.F: Sí, tengo muchísimas ganas. Además, me encantaría hacer una comedia.
A.C: Ya sabes que soy muy fan de esa Dafne cómica, y creo recordar que alguna vez te he dicho que tienes un don para este género… Eres un diamante en bruto y el día que te descubran no van a querer que hagas otra cosa.
D.F: Muchas gracias. Ojalá… Esto ponlo, a ver si alguien lo lee y me llaman… (Risas) Yo siempre pensé que no sería buena para la comedia, porque en mi día a día no soy nada graciosa…
A.C: Pero sí eres muy mordaz y alguien con mucha facilidad para el humor negro.
D.F: Bueno, tampoco me veo yo con mucho humor negro, pero digamos que estoy ahí, ahí entre ambas… (Risas) La verdad es que, cuando hago comedia, entro en una especie de trance en el que estoy súper cómoda, y tan metida que, muchas veces, no sé ni lo que hago. Cuando, al terminar una secuencia, me dicen: “Me ha gustado mucho esto que has hecho…”, no sé a qué se refieren, porque no me he dado ni cuenta de lo que he hecho. Me parece un género mucho más difícil que el drama, pero es que me lo paso tan bien haciéndolo…
A.C: ¿Qué futuros proyectos tienes a la vista?
D.F: Hay una cosa que ya tenía que haber empezado, pero que se ha ido retrasando y, por ahora, no te puedo contar mucho más.
A.C: ¿Ni siquiera en qué medio seria?
D.F: No.
A.C: ¿Ni qué género?
D.F: No me tires de la lengua, qué tú eres muy listo… (Risas) Pero hay cosas nuevas. Y, mientras llegan, a disfrutar viendo la segunda temporada de El chiringuito de Pepe.
A.C: Dafne, parece que hemos conseguido sobrevivir. Gracias por estar en este especial de Halloween y ser nuestra súper heroína. Estoy convencido de que no habría llegado hasta el final entre tanto zombi sin ti…
TEXTO: ÁNGEL CABALLERO
FOTOS: MOISÉS FDEZ ACOSTA
MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA: SILVIA GIL
ESTILISMO ÁNGEL CABALLERO: CARMEN BENA
PRODUCCIÓN: JAIME PALACIOS
AGRADECIMIENTOS: PARQUE DE ATRACCIONES DE MADRID, ALBERTO FERNÁNDEZ CAÑADAS, PAREDES.
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