Belinda Washington y Miriam Díaz-Aroca: «La gente está más propensa a reír que a sufrir»

Belinda Washington y Miriam Díaz-Aroca: «La gente está más propensa a reír que a sufrir»

Al igual que las protagonistas de Thelma & Louise, Belinda Washington y Miriam Díaz-Aroca han emprendido un viaje con la función Insatisfechas, que las está llevando a recorrer cada rincón de la geografía española. Hasta el 9 de mayo han hecho un alto en el Teatro Fernando Fernán Gómez de Madrid, donde me he acercado a verlas para hacer un guiño a la película de Ridley Scott, repasar sus trayectorias y hablar del futuro.

Ángel Caballero: Corregidme si me equivoco, pero Insatisfechas nace del éxito de aquella función que le pedisteis a Juan Luis Iborra que escribiera para vosotras (Ni para ti, ni para mi).

Belinda Washington: Exacto. Nosotras queríamos trabajar juntas desde hacía mucho tiempo. Como creemos en que la energía que se mueve, que se visualiza y que se desea acaba sucediendo, estuvimos persiguiendo a Iborra casi cuatro años para que nos buscara un hueco para escribirnos esa función, porque estaba muy ocupado y muy solicitado. Después de bastante tiempo, se confabularon los astros y nos escribió Ni para ti, ni para mí, y antes de que aquella acabara ya nos había escrito esta nueva obra

A.C: Insatisfechas en la función, pero imagino que satisfechas con el público, con cómo está funcionando la obra.

Miriam Díaz-Aroca: Mucho. La función fue un encargo de los productores a Iborra, a raíz del éxito de la anterior, y cruzando los dedos desde el primer momento para que funcionara tan bien como aquella. Y así está siendo… En gira estamos llenando siempre y la respuesta del público es increíble. Además, nosotras siempre partimos de que nos lo pasamos muy bien y eso es algo que la gente aprecia y que se contagia.

A.C: En esta obra vuestros personajes atraviesan una crisis vital al darse cuenta de que, llegadas a una edad, sus vidas no son como a ellas les hubiera gustado que fuera. ¿Es algo que os ha sucedido también a vosotras? ¿Creéis que el público empatiza bien con ese hastío personal?

M.D.A: Se sienten muy identificados. Pero yo creo que esa sensación de vacío te pasa en cualquier momento de tu vida, a partir de una cierta responsabilidad. No tienes que esperar a tener cincuenta o cuarenta para sentir ese peso. Quizás la gente que no tiene la valentía de hacer esos cambios necesarios para ser felices o, por lo menos, perseguir esa sensación de bienestar, no lo consigue. Pero ese vacío se siente muy prontito cuando ves que las cosas no salen como a ti te gustan o que tu entorno no es como hubieras soñado. Yo creo que todos los seres humanos se pueden sentir identificados.

 

A.C: En estos tiempos, ¿es mucho más fácil vender una comedia que un drama?

M.D.A: Sí. La gente está más propensa a reír que a sufrir.

A.C: Me gustaría proponeros que hagáis un balance de vuestras trayectorias y que me digáis cuáles han sido esos trabajos que os han dejado, personalmente, más satisfechas.

B.W: Yo disfruté mucho con Todo sobre Vázquez, en la que tuve la suerte de trabajar contigo. Era una obra estupenda de Jaime Palacios en la que también estaba Lidia San José y Rubén Sanz, con el que vuelvo a trabajar ahora en Insatisfechas. También estoy muy contenta con toda mi etapa como presentadora en Qué me dices o De domingo a domingo… De la primera función que hice como protagonista, que se titulaba Como te mueras, me mato… y, como yo soy muy del aquí y el ahora, también con esta función, en la que es un goce salir a escena cada día con Rubén y con Miriam.

M.D.A: Mi satisfacción se basa en una palabra: mantenerme. Estoy muy contenta desde que elegí empezar a trabajar en esta profesión con picos de éxito y picos de bajón, pero, sobre todo, manteniéndome. Ésa es mi máxima satisfacción, porque es una entrega, una dedicación y un esfuerzo constante.

A.C: Pues, si me lo permites, yo si tengo un trabajo tuyo favorito, que era la función 100 metros cuadrados, de Juan Carlos Rubio.

M.D.A: Claro, eso era el otro lado de Miriam. Era la primera vez que yo me enfrentaba a un personaje dramático, absolutamente contenido, pero lleno de matices y de colores. Fue un trabajo excepcional. He hecho muchas cosas y todas han tenido su magia, pero, quizás sea éste del que me siento más orgullosa por haber conseguido un reto, que era pasarme al lado del drama absoluto, con todo lo que me cuesta, porque soy muy expresiva y emotiva. Tuve que estar recortándome todo eso y  canalizándolo a través de una voz con muy pocos matices y de una actitud muy estática. Todo esto fue, para mí, una explosión de creatividad tremenda.

 

 

 

A.C: Como actrices, ¿Sentís que es cierto eso que siempre se ha dicho de que, pasados los cuarenta, empiezan a escasear los buenos papeles?

B.W: Es verdad que hay muchos más papeles para chicas jóvenes, pero también creo que hay que ponerle motor a los sueños y nosotras, por ejemplo, se lo hemos puesto a éste de trabajar juntas. Aunque también veo que las mujeres maduras cada vez están más de moda. Esas mujeres de una edad, que no están para guardar en el cajón y que son más interesantes porque ya saben lo que quieren.

M.D.A: Además, en el teatro las mujeres tenemos mucha más vida a cualquier edad que en otros medios. Tanto en la tele como en el cine, siempre van más a lo muy joven o a lo más veterano, pero en el teatro no es así.

A.C: Miriam, alguna vez te he escuchado una anécdota que me gustaba mucho sobre Belle Époque, Los Ángeles y un terremoto. ¿La volverías a contar?

M.D.A: Claro que sí. En la rueda de prensa americana de la película estábamos todos ahí como en una especie de convite. A Maribel Verdú y a mi nos encanta comer, así que estábamos en el catering. Penélope (Cruz) también andaba por allí, y el resto de los actores, dispersos, antes de empezar con la rueda de prensa. Recuerdo que le pedí un tenedor al camarero y, cuando me lo trae, veo que no me lo da y que empieza a irse para atrás. Las paredes empezaron como a doblarse, Ariadna Gil empezó a llorar y ahí me di cuenta de que estaba habiendo un terremoto. La gente allí, por lo general, no se asustó demasiado, porque están más acostumbrados, pero nosotras nos quedamos de piedra. La prensa nos felicitó y nos dijeron que eso era una muy buena señal de buena suerte. Rápidamente, nos enseñaron a hacer unas salidas de las habitaciones en caso de terremoto e hicimos un simulacro. El simulacro lo hicimos a la mañana siguiente e imagínate… todas allí corriendo en camisón. (Risas)

 

A.C: A mí también me gusta comer… Y doy fe de que Belinda, detallista como la que más, siempre trae al camerino algunos pecados en forma de dulces.

M.D.A: Ya no, ¿Eh?

A.C: ¿Ya no lo haces?

B.W: No, ahora estamos a dieta… (Risas) Aunque un día traje un trozo de paella.

M.D.A: Hay que controlarse, que si no, no cabemos en los vestidos. (Risas

A.C: En Insatisfechas hacéis una composición de personaje muy arriesgada, porque es muy extrema y podría caer fácilmente en el estereotipo, aunque lo hacéis desde la verdad. ¿Cómo llegasteis a dar con el punto exacto?

B.W: Fue Juan Luis Iborra el que nos dio plena libertad, tanto en esta obra como en la anterior. Nos fuimos las dos a buscar nuestros vestuarios por la calle Montera, en diferentes tiendas, en chinos… hasta tener todo lo que necesitábamos para vestir a nuestra Mari y a nuestra Encarni. Luego, apoyamos todo esto con un trabajo de voz, de cuerpo e intentando no hacer una caricatura de los personajes.

A.C: Cuando vine a ver la función, justo antes de empezar, comenzó a oírse en la sala una música que me resultó familiar, Belinda…

B.W: Sí, soy yo cantando. Ya sabes que tengo un proyecto ahí… Estos días me reúno con David, que es el pianista y guitarrista de Pablo Alborán, y se viene conmigo a una banda en la que vamos a ser un bajo, un saxo, un teclado y una batería. La idea es hacer unos conciertos de jazz en inglés y en francés. Estéticamente será algo con glamour, pero sencillo. Y todo ello con mucha humildad, pero con muchas ganas.

 

A.C: ¿No te da un poco de vértigo este nuevo reto?

B.W: No… Si no me dio miedo enfrentarme a cinco horas de directo o entrevistar a Madonna, no me va a dar miedo esto.

A.C: Pero, al principio, no querías cantar en público. Recuerdo que yo pretendía que cantaras en aquella función de la que hablabas antes, Todo sobre Vázquez, y al final solo conseguí que nos dejaras poner tus canciones y que cantaras un poquito del Happy Birthday to you, al más puro estilo Marilyn Monroe.

B.W: Es verdad que me daba un poco de vergüenza, pero ya lo voy superando. También le gustó a Iborra, que fue quien dijo que lo utilizáramos en esta función en la que suenan aquellas canciones más otras cinco, porque el repertorio va aumentando. La música es que llena mucho y ya sabes que yo soy mucho de escuchar música. Además, es que no sabes cómo disfruto en un estudio de música.

A.C: ¿Te animarías a sacar un disco?

B.W: No, no me veo yo sacando un disco. Pero quién sabe… A lo mejor para una cosa benéfica, para ayudar a gente…

 

 

A.C: Mucha gente no sabe que ya en uno de tus primeros castings tuviste que cantar. Y nada menos que delante del mismísimo Hermida…

B.W: Sí, canté Cabaret, de Liza Minelli, que es una canción que siempre me gustó mucho y ahora he grabado. De repente, en la segunda prueba que me hizo Hermida, me preguntó: ¿Tú eres cantante? Y yo le dijo que no, que yo tenía mucho morro, pero que de cantante nada. Así que me pidió que para la siguiente prueba quería que cantara en directo. Me fui a Cornejo, donde me dejé el poquito dinero que tenía ahorrado en un vestido largo de lentejuelas rojo, una peluca rubia, una pluma enorme, unos guantes y unos taconazos. Con todo eso me planté allí, comencé a cantar el I wanna be loved by you de Marilyn y viene Hermida y me dice: “Bueno, ahora vístase de persona…”. No le gustó nada ese mundo disfraz… Yo ahí pensé que ya estaba fuera, pero seguí el casting un mes y medio más, perdí cinco kilos del estrés y, al final, me cogió. Me dijo “No sé para qué sirves, pero creo que eres un diamante en bruto”. Fue siempre un gran maestro y aprendí mucho con él. Recuerdo que era mucho de la improvisación trabajada, porque vivía mucho el plató, pero todo con un trabajo de base muy fuerte.

 

A.C: Miriam ha dirigido teatro. ¿Tú te animarías a ponerte en el otro lado?

B.W: No me lo he planteado. Me gusta mucho interpretar y, por ahora, me apetece seguir haciendo nuevos personajes que no tengan nada que ver conmigo, como el que hice en la mini serie Niños robados.

 

 

A.C: ¿Qué te llevó a dirigir, Miriam?

M.D.A: Es mi objetivo. Me gusta mucho interpretar, pero el proceso creativo de la dirección es tan completo… Desde el primer momento estás manejando el personaje, sus colores, sus silencios, su vida, su atmósfera… Todo eso lo estás creando. A mí es algo que me nutre muchísimo. Siendo actriz, es maravilloso poder estar al otro lado, porque puedes entender muy bien cómo es el personaje que está ahí arriba. Me estoy formando, poquito a poco, para dirigir. Ya llevo tres obras dirigidas y hay una cuarta que está cercana.

A.C: Imagino que el haber trabajado con directores de la talla de Trueba o Almodóvar, también habrá sido una gran escuela.

M.D.A: Recuerdo que con Almodóvar me quedé flasheada, porque él también es actor, con lo cual, lo que él te muestra como director es completísimo. Él te lo hace, lo ves y a ti no te queda otra que igualarlo o mejorarlo, que es difícil, porque te lo hace tan bien y tan lleno de matices… Es un reto muy grande.

 

A.C: Antes de tu nuevo proyecto como directora, tengo entendido que te veremos en el off del Teatro Lara con la función Lavar, marcar y enterrar.

M.D.A: Sí, ya van por la tercera temporada y yo me incorporo de protagonista ahora. Estaremos todos los martes en el Lara hasta agosto y después nos iremos de gira. Es un proyecto que llegó a mí a través de un amigo común, Borja Vera, que me dijo que había unos chicos que estaban buscando una actriz para un personaje que me iría muy bien, y me llamaron. Leí la función, me encantó y me embarqué. Juanma Pina tiene un talento brutal y ellos tienen ya la obra muy hecha, porque llevan ya dos años con ella.

 

A.C: Te deseo mucha suerte con este nuevo proyecto, y con lo que os queda de Insatisfechas, tanto en Madrid como en la gira. Belinda, Miriam… ya sabéis que siempre es un placer reencontrarse con vosotras.

 

TEXTO: ÁNGEL CABALLERO

FOTOGRAFÍA: MOISÉS FDEZ ACOSTA

AGRADECIMIENTOS: LAURA PIÑANA, MAR MONTALVILLO , TEATRO FERNANDO FERNÁN GÓMEZ- CENTRO CULTURAL DE LA VILLA.

 

NO TE PIERDAS, el próximo JUEVES 30 DE ABRIL, nuestro ESPECIAL «DESAYUNO CON DIAMANTES» protagonizado por MARINA SAN JOSÉ.

a